"Actualmente, este gobierno está en punto muerto", declaró a la prensa el ministro encargado de las minorías Avishai Braverman, antes de la reunión semanal del gabinete.

Braverman instó a su formación de centro-izquierda a reunirse en enero para decidir si abandona o no la coalición gubernamental liderada por el Likud (derecha) y pasar a la oposición.

Los laboristas "deben tomar una decisión clara. Si hay negociaciones directas, nos quedamos en el gobierno. Si no, lo abandonamos", dijo Braverman.

Las negociaciones directas de paz israelo-palestinas, retomadas el 2 de septiembre, se suspendieron tres semanas más tarde cuando Israel rechazó la petición de los palestinos de prolongar la moratoria de la colonización en Cisjordania.

Otro ministro laborista, el titular de Relaciones Sociales Yitzhak Herzog, aseguró que "el primer ministro debe comprender que la estabilidad de su gobierno está en peligro".

Herzog coincidió en pedir una reunión urgente de su partido para, incluso, relevar a su actual líder, el ministro de Defensa Ehud Barak, porque "su estrategia (...) ha fracasado".

El Partido Laborista, en el poder desde la fundación de Israel en 1948 hasta 1977 y posteriormente segunda fuerza del país, fracasó en las legislativas de 2009 al quedar por detrás del Likud, el partido centrista Kadima y el ultranacionalista Israel Beitenu.