El informe "Los niños y niñas de Haití: un año después - El largo camino del socorro a la recuperación", publicado por Unicef sostiene que "el proceso de recuperación apenas está comenzando". "Todavía no han podido disfrutar plenamente de su derecho a la supervivencia, la salud, la educación y la protección", dijo Francoise Gruloos-Ackermans, representante de UNICEF en Haití.

"Cuando el Estado es débil no puede garantizar la prestación de los servicios ni coordinar la ayuda externa", sostuvo Andrés Franco, representante de Unicef Argentina.

Según explicó, "el aporte de Unicef pasa por el fortalecimiento del Estado, a través de las instituciones que funcionan, como las escuelas". En ese sentido, "se ayudó a registrar y reunir a los niños que quedaron separados de sus familias, en coordinación con aliados nacionales e internacionales del organismo de Naciones Unidas".

Según sus datos, se registraron 4.948 niños, mientras que 1.265 pudieron reunirse con sus familias. Además, se abrieron 369 espacios amigos de la infancia para cerca de 95.000 niños en las zonas afectadas por el terremoto. Se ofreció prevención para la violencia de género y para la trata de niños y niñas.

"Se establecieron escuelas y se adquirieron tiendas y materiales educativos y asignaron recursos para que 720.000 niños y niñas pudieran reanudar sus clases" en Haití, donde "más de la mitad de la población infantil está desescolarizada", dice el informe.

El trabajo difundido hoy explica que "el terremoto puso de relieve los problemas estructurales profundamente arraigados que sufren los niños de Haití, incluida la desnutrición crónica, que afecta a uno de cada tres niños menores de cinco años".