El Gobierno de Brasil lamentó las muertes ocurridas por el ataque de una coalición internacional a las fuerzas del líder libio, Muammar Khadafi, y urgió a que se logre "un alto el fuego efectivo" lo antes posible.

"Brasil reitera su solidaridad con el pueblo libio en la búsqueda de una mayor participación en la definición del futuro político del país, en ambiente de protección de los derechos humanos", agregó la nota.

El Gobierno brasileño también reiteró su apoyo "a los esfuerzos" del enviado especial de la ONU para Libia, Abdelilah Al Jatib, en la búsqueda de una solución "negociada y duradera" para la crisis.

El país sudamericano, que integra el Consejo de Seguridad de la ONU en calidad de miembro no permanente, se abstuvo en la votación del pasado jueves en la que se impuso una zona de exclusión aérea a Libia.

Esa abstención, según Brasil, "no debe de ninguna manera ser interpretada como un endoso del comportamiento de las autoridades libias", que el Gobierno brasileño "condena", o "como negligencia ante la necesidad de proteger a la población civil y hacer respetar sus derechos".

Sin embargo, Brasil entiende que la resolución aprobada por la ONU "contempla medidas que van mucho más allá" de lo pedido por la Liga Árabe, que se limitaba al establecimiento de una zona de exclusión aérea.

"No estamos convencidos de que el uso de la fuerza" llevará al "fin inmediato de la violencia y dará protección de los civiles", expresó Brasil en su voto, en el que también manifestó su "preocupación" por la posibilidad de que una acción armada se vuelva contra la población a la que se quiere proteger.

Además de Brasil, Rusia, China, India y Alemania se abstuvieron en la votación del Consejo de Seguridad que dio pie a las operaciones militares llamadas "Odisea del amanecer".