"Esta cumbre aspira a sentar las bases de una relación renovada en un mundo en permanente transformación. Un nuevo escenario global en el que América Latina gana peso específico y centralidad", agregó. Centrada en la crisis económica que sacude a países del sur de Europa como España y Portugal, la cumbre desembocó en una declaración a favor del fortalecimiento del comercio y la inversión entre ambos continentes, con el objetivo de que el desarrollo económico de Latinoamérica ayude a superar la recesión europea.

Asimismo, el mandatario ibérico llamó asimismo a prestar "una atención especial a las políticas de crecimiento económico", frente a la austeridad impuesta por la crisis, una visión que debería contar con el apoyo de líderes latinoamericanos como la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.