• SUBNOTA
Santidad:
Las Abuelas de Plaza de Mayo queremos manifestar nuestra satisfacción frente a la elección de un Papa argentino, que ayudará, con su sabiduría, a trabajar por los sectores más olvidados y desposeídos.
Agradecemos además que tuvo la amabilidad de habernos recibido y deseamos que, en su nuevo rol como máxima autoridad de la Iglesia Católica, pueda arbitrar los medios necesarios para colaborar en la búsqueda de los casi 400 nietos y nietas que aún hoy no han recuperado su verdadera identidad. Así como también nos ayude a saber qué ocurrió con nuestros hijos e hijas desaparecidos, durante la última dictadura cívico-militar.
Sabemos que nuestros nietos, por su edad, podrían vivir en cualquier ciudad, por lo que su colaboración, será de gran importancia para potenciar la visibilidad de nuestra desesperada búsqueda a los ojos del mundo.
Las Abuelas buscamos de manera pacífica, a través del diálogo y la justicia, reconstruir lo que el terrorismo de Estado quiso borrar. En este largo camino, que comenzamos solas, con peligro, dolor, miedo y desconocimiento, uno de los grandes obstáculos ha sido el silencio.
Hoy, gracias Dios, contamos con el acompañamiento de un amplio sector de la sociedad, aunque hay grupos que aún mantienen los pactos de silencio instaurados por el terrorismo de Estado.
La dictadura no sólo aniquiló a nuestros hijos y se robó a nuestros nietos, sino que además disolvió todas las pruebas que nos permitirían saber qué hicieron con ellos. Es por eso que para nosotras, cualquier dato, por mínimo que parezca, es un bien fundamental para poder localizar a los hijos de nuestros hijos. En este sentido, solicitamos a Usted, que pida a los miembros de la Iglesia Católica y a sus feligreses que brinden la información que tengan sobre el paradero de nuestros nietos y nietas desaparecidos.
Las Abuelas hemos restituido la identidad a jóvenes que fueron entregados en adopción por el Movimiento Familiar Cristiano; la justicia argentina ha citado a declarar a Hermanas que durante la última dictadura trabajaban en lugares donde funcionaban Centros Clandestinos de Detención, como lo fue Campo de Mayo. Ellos seguramente puedan brindar información precisa.
Han pasado ya 35 años desde que comenzamos a buscar a nuestros familiares, queremos abrazar a nuestros nietos y contarles su historia. Por eso rogamos a su Santidad explique a los miembros de la Iglesia y a sus feligreses que es un deber cristiano brindar información sobre el destino de los niños desparecidos en Argentina. Que Usted les advierta que constituye un pecado ocultar crímenes catalogados por la comunidad jurídica internacional como de lesa humanidad, como lo son secuestros, asesinatos y robos de bebés perpetrados por el terrorismo de Estado.
El año pasado la justicia argentina comprobó la existencia de un Plan Sistemático de Apropiación de Menores durante el régimen militar, y se juzgó a los responsables de este delito. No obstante, el juicio no sirvió para obtener información que nos ayude a localizar a nuestros nietos.
Es en este sentido que rogamos también a Usted, tenga a bien abrir los archivos del Vaticano, así como los que existen en los arzobispados de Argentina, para conocer si allí hay algún dato que nos dé la felicidad de encontrar alguno de nuestros nietos.
Saludamos a Usted, con toda consideración
Abuelas de Plaza de Mayo
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