Durante la movilización, el secretario general de la Asociación Trabajadores de la Educación, Daniel Huth, manifestó su solidaridad con los manifestantes heridos y en especial con Barreiro, hijo del Decano de la Facultad de Humanidades, quien permanece internado, fuera de peligro, en el hospital provincial después de recibir un disparo de bala de plomo. "No nos van a amedrentar", advirtió Huth, y aseguró que "de ahora en más van a acompañar todos los reclamos junto a las comunidades mapuches en el terreno porque son los que primero sufrirán las consecuencias de la contaminación".

Por su parte, el gobernador Sapag aseguró que el herido recibió un balazo de un arma casera tipo "tumbera" y ocurrió "a 300 metros" de donde se encontraba la policía, cuyo accionar respaldó porque "actuó con mucho profesionalismo, con mucha seriedad" para "defender una institución de la democracia" como es la Legislatura. Asimismo, denunció que quienes generaron los disturbios fueron una "minoría violenta" integrada por "unos 120 manifestantes que se desprendieron de una columna que pacíficamente se estaba manifestando".

La Iglesia neuquina, mientras tanto, expresó su "más enérgico repudio” a la represión y en contra del acuerdo “oscuro” sobre hidrocarburos. La Pastoral Social de la Patagonia criticó, además, que las organizaciones sociales no hayan tenido la oportunidad de “expresarse libremente como lo marcan los principios constitucionales” y, en cambio, hayan sido “corridos, heridos y maltratados por las fuerzas llamadas de seguridad

”.