Costa Rica, considerado una sólida democracia luego de abolir el Ejército hace mas de seis décadas, vive una situación verdaderamente atípica desde el punto de vista electoral. Ninguno de los 13 candidatos que aspira a la presidencia lograría obtener el mínimo necesario, el 40 por ciento más un voto, para resultar electo.

De todos los aspirantes, sólo cuatro, según los sondeos, son los que están realmente en la pelea para entrar en el ballotage. El primer y segundo lugar es disputado, de acuerdo a los sondeos, por el oficialista Johnny Araya, del Partido Liberación Nacional, que se proclama socialdemócrata y José María Villalta, del Frente Amplio, que representa a la izquierda; mientras que por el tercer puesto compiten Otto Guevara, del Movimiento Libertario, de derecha, y Luis Guillermo Solís, del centrista Partido Acción Ciudadana.

Araya es un ingeniero de 57 años quien dice que busca reencontrar las raíces socialdemócratas que dieron origen a su partido. Por su parte, Villalta es un joven abogado cuya agrupación, creada hace poco más de una década, proviene de algunos sectores que en el pasado se inscribieron en la izquierda, incluido el Partido Comunista.

Guevara es el líder y fundador del Movimiento Libertario, quien dice haberse inspirado en las nuevas corrientes liberales que surgieron en el mundo en los últimos años. En el centro se encuentra Solís, en el pasado alto dirigente del partido de Araya, quien propugna por una especie de revolución moral, de combate frontal a la corrupción, y por retomar los principios del Estado solidario que condujeron a Costa Rica a convertirse en uno de los países con mejores índices de desarrollo humano y social de América Latina.