Por decisión de Francisco, el prelado será miembro de la comisión para el examen de clérigos acusados o condenados por delitos graves contra los sacramentos y la moral, entre ellos los abusos sexuales. Este nuevo rol les encargado luego de que Mollaghan fuese señalado por irregularidades en el manejo de fondos del arzobispado de Rosario, de acuerdo al informe preparado por monseñor José María Arancibia, arzobispo emérito de Mendoza, que fue remitido en enero a la Santa Sede.

"Puede leerse como una promoción, que de algún modo lo es, pero en realidad el objetivo fue apartarlo de la diócesis. Tampoco queda claro en el nombramiento si deberá radicarse en Roma o cumplirá sus funciones desde Buenos Aires y viajará de vez en cuando al Vaticano", precisó un sacerdote especializado en Derecho Canónico, en diálogo con DyN.

Mollaghan seguirá como "administrador apostólico" de la arquidiócesis de Rosario hasta tanto el Papa nombre a su sucesor, que según se cree será "en breve". Tras la investigación de Arancibia, trascendió que el Vaticano evaluaba varias opciones para la salida de Mollaghan, entre ellas pedirle en forma anticipada la renuncia, designarle un arzobispo coadjutor y nombrarlo en algún cargo en la Santa Sede, como finalmente optó el Papa.