UNIVERSIDAD › ENTREVISTA CON FRANK MORETTI, EXPERTO EN TECNOLOGíA DIGITAL EDUCATIVA
Moretti promueve una apropiación y reformulación del uso de las nuevas tecnologías multimedia para mejorar la calidad de la enseñanza en la universidad. Las posibilidades de los países del Tercer Mundo.
› Por Julián Bruschtein
Blogs, soportes multimedia, páginas web, formatos similares a la Wikipedia pueden ser de utilidad en el mundo académico: “El desafío es explorar los modos de uso para reformularlos y utilizarlos en contextos pedagógicos”, explica a PáginaI12 Frank More-tti, un especialista norteamericano en el desarrollo de tecnología digital con fines educativos. Moretti es fundador y director del Columbia Center for New Media Teaching and Learning, de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), donde trabaja con los docentes para elaborar programas interactivos de contenido pedagógico, es decir de utilizar las nuevas tecnologías informáticas y de comunicación para mejorar la enseñanza y permitir que los estudiantes se formen por fuera del marco de las clases tradicionales.
–¿Cómo es la relación entre alumnos y docentes con las tecnologías de soporte digital, teniendo en cuenta que los jóvenes tienen mayor familiaridad?
–Primero habría que hacer una distinción entre las tecnologías que tienen que ver con lo popular y el entretenimiento, como My Space o Youtube, sólo por señalar algunas. La aplicación que desarrollamos nosotros tiene que ver con una disposición más concentrada, un trabajo más analítico, una tecnología que permite trabajar y estudiar de otra forma y que está pensada con otro propósito, que no es el entretenimiento. Por eso es bueno saber que las tecnologías pueden ser las mismas en términos objetivos, pero la forma de uso y la contextualización que adquieren son muy distintas. Por ejemplo, yo doy clases de Historia de la Comunicación y tengo una página parecida a la Wikipedia donde les encargo a mis alumnos que preparen un informe. Antes de la clase tienen que dejar allí algún comentario sobre lo que se les pidió. Así, todos los alumnos tienen la posibilidad de leer y conocer de qué se va a tratar la clase, pero también pueden discutir la información allí vertida. Entre todos contribuyen al desarrollo de los contenidos de la página, tal y como sucede con la Wiki de verdad, pero el desafío es explorar estos modos de uso para reformularlos y utilizarlos en contextos pedagógicos.
–Se trataría de resignificar los usos actuales de las nuevas tecnologías...
–Todo el mundo puede tener un blog, es una práctica muy expandida. Los alumnos que toman mi clase, además de la práctica en la Wiki, deben tener un blog personal durante todo el semestre. Funciona como un diario, lo que yo llamaría “diario de la actividad significativa”, de lo que resulta interesante y significativo de las clases para uno, pero es accesible para todo el mundo. Cualquiera hace blogs, pero a nadie se le había ocurrido utilizarlos con fines pedagógicos, es decir que se resignifica y adquiere un peso diferente. En la Wiki o en el blog los alumnos me mandan a mí recomendaciones. Los blogs que los estudiantes hacen son algo que yo mismo no podría hacer porque los estudiantes tienen mayor facilidad, por eso los utilizo para reformular su uso.
–En cuanto a los docentes...
–Con los docentes uno encuentra que algunos tienen mayor familiaridad con las tecnologías que otros, por eso es nuestra responsabilidad ayudarlos. Yo mismo soy un antiguo y mi grupo de trabajo es el que me ayuda a familiarizarme con la tecnología.
–¿Qué posibilidades de acceso y desarrollo de estas tecnologías tienen las universidades del Tercer Mundo?
–Lo que hay que comprender es que las universidades son instituciones con profundas raíces históricas y culturales. El cambio y la transformación que involucran determinados procesos lleva mucho tiempo y es un proceso muy complejo, que en muchos casos puede no terminar con éxito. Pero además de esta complejidad, de las burocracias y de los procesos internos característicos de las universidades, lo que también implica hoy la revolución digital es un enorme valor agregado, la necesidad de agregar conocimiento para poder estar a tono permanentemente con el avance tecnológico. Por eso se empiezan a desarrollar nuevas formas de planificación, sobre todo en universidades del Tercer Mundo. Por ejemplo, hoy en día en algunas universidades africanas se habla de “saltar etapas”, o “saltar pasos” en el proceso de evolución y desarrollo: en vez de construir grandes edificios o “templos del saber”, con campus inmensos, vuelcan parte de sus recursos y proyectos en nuevas tecnologías para que estén al alcance de una mayor cantidad de alumnos y docentes.
–¿Y el software libre cómo incide en este escenario?
–La sinergia que produce y promueve el movimiento del código abierto en lo que tiene que ver con software es altamente positiva. Sumado a la capacidad de la tecnología digital de compartir recursos, materiales y proyectos entre las distintas instituciones académicas, se transforman en oportunidades que se abren al Tercer Mundo y permiten que sea más viable su acceso. El caso del proyecto Global Classroom (ver aparte) es claro en este aspecto: hay doce universidades que componen el proyecto por ahora, y la mitad puede que tenga el equipamiento y los recursos necesarios y la otra mitad, seguramente no los tiene. Sin embargo, todos acceden a los mismos materiales y todos tienen las mismas oportunidades de trabajo y las misma herramientas a su disposición.
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