La vida académica sigue convulsionada en varias facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Profesores, autoridades y estudiantes de Ciencias Sociales marcharon hasta el Ministerio de Educación y luego al Congreso para reclamar un mayor presupuesto universitario y la finalización de un edificio único para la casa de estudios. Por otro lado, docentes y alumnos de la Facultad de Arquitectura se acomodaron frente al Palacio Pizzurno y desarrollaron clases públicas por la crisis presupuestaria. En Sociales, una asamblea estudiantil definió anoche no volver a tomar la facultad, mientras que Filosofía y Letras ya estaba ocupada simbólicamente por los alumnos. Todo en el contexto de un nuevo paro docente (ver aparte).

Aprovechando el arribo del proyecto de ley de presupuesto 2009 al Congreso, una columna de 450 personas –según informaron los organizadores– marchó ayer desde la sede Marcelo T. de Alvear al 2200 hasta el Parlamento, para exigir mayores fondos para la universidad. Había docentes, funcionarios y estudiantes de agrupaciones peronistas y de perfil nac&pop. En cambio, no participó el centro de estudiantes, conducido por un frente de izquierda, que sí se sumará hoy a la manifestación de los alumnos secundarios en conmemoración de la Noche de los Lápices. La marcha de Sociales hizo una parada estratégica frente a Educación, donde tomaron la palabra las directoras de las carreras de Relaciones de Trabajo, Viviana Vega, y de Trabajo Social, María Isabel Bertolotto, quienes expusieron la difícil “situación edilicia y presupuestaria” de Sociales.

A un costado del ministerio, alumnos de Arquitectura acomodaban bancos para realizar una clase pública también por la situación presupuestaria por la que pasa su facultad, que motivó la renuncia del decano Jaime Sorin al vicerrectorado de la UBA hace algunas semanas.

Desde allí se dirigieron hasta la Plaza del Congreso. El decano Federico Schuster tomó la palabra y retomó el hilo de lo expuesto por los profesores, poniendo énfasis en que “el 90 por ciento del presupuesto se utiliza para pagar sueldos” y que esto dificulta la ampliación de “la tarea de investigación y el desarrollo de programas de la facultad”, según resumieron sus colaboradores. Las autoridades de la facultad reclaman también “partidas urgentes para el funcionamiento cotidiano y el mantenimiento edilicio”. El mismo Schuster había explicado a este diario que la situación llegó “a un punto de saturación de las condiciones de estudio, docencia y trabajo”.

En constante emergencia edilicia desde hace más de una década, Sociales tiene unos 30 mil estudiantes de grado y 1200 de posgrado, que cursan distribuidos en tres sedes. En las últimas dos semanas, la facultad fue tomada por los estudiantes, que reclaman la conclusión de las obras del futuro edificio único, ubicado en Constitución y hoy parcialmente habilitado. Después de muchas demoras, ayer apareció en el Boletín Oficial el llamado a la licitación pública para la ejecución de la nueva etapa de obras del edificio único: se calcula que los trabajos, una vez que comiencen, insumirán entre 8 y 12 meses.