Vie 20.12.2002

UNIVERSIDAD  › LA UBA CERRARA EL CENTRO DE ESTUDIOS AVANZADOS

Cuenta regresiva para el CEA

El rector y la mayoría del Consejo Superior creen que nunca logró ser un centro de avanzada. Los gremios se oponen al cierre.

› Por Javier Lorca

El Centro de Estudios Avanzados de la UBA tiene los días contados. El rector Guillermo Jaim Etcheverry pretende cerrarlo y delegar sus funciones en las facultades pertinentes. El proyecto fue presentado al Consejo Superior de la universidad pero, tras generar una ardua discusión, no pudo ser aprobado y pasó a comisión. Todo indica que el cierre se concretaría en marzo. Por ahora, la mayor resistencia proviene de los gremios de los docentes y de los trabajadores de la universidad. “No compartimos la medida de cerrarlo. Es un espacio que la UBA debería saber aprovechar”, dijo el secretario general del sindicato no docente, Jorge Anró.
El CEA fue creado en 1985, tras la restauración de la democracia. La resolución fundante establecía que el objetivo del centro era “contribuir al desarrollo y transformación del país y de la propia UBA” mediante... “estudios interdisciplinarios relativos a problemas y encrucijadas de la sociedad argentina y la generación de conocimiento que combine aspectos de las ciencias exactas, las ciencias naturales y las ciencias tecnológicas”. El texto agregaba que se trabajaría “en acción coordinada con docentes, investigadores y estudiantes de grado y posgrado que desarrollen actividades afines en otras facultades e institutos”: uno de los propósitos básicos era fomentar el trabajo interdisciplinario. Hasta hoy, asentado en Uriburu 950, el CEA realiza tareas de investigación y formación de investigadores, y también dicta maestrías, doctorados y seminarios de especialización. Algunas de las áreas abarcadas por los cursos son política y gestión de ciencia y tecnología, ciencias sociales del trabajo, problemas infantojuveniles, migraciones internacionales, uso indebido de drogas y otras.
“El CEA no cumplió con los objetivos para los que fue creado –opinó el decano de Agronomía, Fernando Vilella–. Es importante tener un espacio para debatir sobre cuestiones estratégicas para el país, pero el CEA no lo logró.” Además, en el entorno de Jaim Etcheverry se sospecha que en el centro de estudios “se produjeron algunas distorsiones en los últimos años”. De hecho, un consejero superior del bloque más cercano al rector comentó: “La verdad es que en el CEA no hay trabajo interdisciplinario como se pretendía y tampoco es un centro de avanzada. En cierto modo, se transformó en un aguantadero de gente que por diferentes razones convenía tener afuera de las facultades. Y lo que hace el CEA se superpone con actividades de las facultades”. Con esa convicción, el rectorado elaboró un proyecto de resolución para dar por concluido el ciclo del CEA y distribuir sus cursos, maestrías, profesores y trabajadores entre las facultades pertinentes, según el área temática.
En el Consejo Superior, en la sesión del miércoles, la discusión se trabó. Berardo Dujovne, decano de Arquitectura, apuntó que cerrar un centro de alta complejidad sería una mala señal de la UBA hacia la sociedad. “Me niego a pensar que la universidad no puede armar un centro de alta complejidad –dijo el decano de Económicas, Carlos Degrossi–. Pero la realidad es que no se pudo y que ahora va a ser muy difícil hacerlo. Y algunos dicen que sirvió para reunir a la gente que, como dice el tango, tenía perdida la fe.”
La mayoría de graduados, radical, presentó un proyecto adicional: “El objetivo es que quede claro que el rectorado, o cualquier instancia centralizada de la universidad, conserva su competencia para desarrollar conocimiento en áreas estratégicas para el país”, explicó el consejero Juan Pablo Más Vélez. “Y el otro punto importante es abrir una reflexión sobre cómo se seguirá el día después de ejecutada la descentralización del CEA”, agregó.
El Consejo Superior resolvió pasar el debate a comisión para aunar las propuestas. De todos modos, la idea del rector, que cuenta con el apoyo de la mayoría del consejo, es que las secretarías de Asuntos Académicos y de Ciencia y Técnica coordinen cómo se desarmará el CEA en los próximos meses. Mientras, los gremios presentaron sus protestas: “Los docentes nos oponemos al cierre. Se trata de un proyecto que mantenía lainterdisciplinariedad y sería muy positivo sostenerlo”, afirmó Daniel Ricci, secretario general de Aduba. “Si hay errores –agregó Anró, del gremio no docente–, hay que corregirlos, porque sigue siendo un espacio defendible.”

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