El próximo decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires aún no tiene nombre y deberá esperar al menos hasta el lunes 26 para ser electo. Ayer se realizó la sesión especial del consejo directivo convocada para elegir al sucesor de Jaime Sorín, pero no pudo designar a quien ocupará el cargo vacante desde hace un mes. La reunión pasó a un cuarto intermedio ante la falta de un acuerdo entre los claustros para resolver el problema. Ninguno de los dos candidatos –los profesores Martín Marcos y Walter Gómez Diz– reúne los votos suficientes para acceder al decanato de la FADU.

“La conformación del consejo directivo es un buen síntoma para la facultad. Se ha dado un paso muy importante”, dijo el consejero de la agrupación Encuentro, Mario Sabugo, después de que ayer al mediodía no se pudiera elegir decano. Tras la salida de Sorín, al cumplirse su mandato el 15 de marzo pasado, asumió el consejero profesor Eduardo Urdampilleta como decano interino, ante la falta de resolución del consejo.

A las 10 de ayer estaba citada la sesión del consejo directivo de la FADU. Estaban presentes los siete consejeros que postulan a Gómez Diz: los consejeros de profesores, graduados y estudiantes de Encuentro (peronistas, radicales, macristas e independientes), el espacio político de Sorín (peronismo K, radicales e independientes de centroizquierda) y Coalición (ex ARI). Faltaba un consejero para obtener quórum, ante la ausencia de los representantes de ReForma (radicales y ex Franja), que postulan a Marcos. Finalmente, tres horas más tarde, sí tomaron sus lugares y pudo sesionar el cuerpo.

El consejero Marcelo Decusatis (ReForma) acusó a sus rivales políticos de no haber “respetado un acuerdo al que habíamos llegado en diciembre –en el que Martín Marcos era el candidato de consenso–. Después, las minorías de profesores, graduados y estudiantes acordaron con Encuentro”. Antes de dejar el cargo, Sorín convocó al consejo para elegir rector, pero ReForma no dio quórum ante la falta de votos –cuenta con seis– para consagrar a su candidato. Una vez vencido el mandato del decano saliente, el consejero de mayor antigüedad, Esteban Urdampilleta (de ReForma), asumió el cargo interinamente, con el mandato de llamar al consejo y elegir nuevas autoridades, lo que recién hizo ayer. Paradójicamente, Urdampilleta no asistió a la sesión que él mismo había citado y los consejeros presentes decidieron postergarla tras una breve exposición de la mayoría estudiantil.

Los alumnos de mayoría –tres consejeros que tiene un frente de izquierda formado por la CEPA (PCR) y el Partido Obrero– elaboraron una propuesta como autoconvocados, junto con otras agrupaciones estudiantiles y sectores de docentes. En el programa rechazan “cualquier intervención del rector de la UBA, (Rubén) Hallú”, y también objetan a los dos candidatos hasta ayer en danza, Marcos y Gómez Diz. En el primer intento de hacer sesionar al consejo, los representantes estudiantiles condicionaron su participación a la aceptación de su programa. Sabugo los invitó a que “presenten su programa” después de dar quórum, para que “se constituya el consejo” y se avanzara en la normalización de las actividades de la facultad.

El conflicto de la FADU está siendo analizado por el gobierno de la UBA. La posición del rectorado se centra en “alentar la unidad de los distintos grupos ante la fragmentación existente”, explicó el secretario general Carlos Más Vélez. La idea de una intervención, aludida por los estudiantes, “es algo inexistente, que nunca se planteó –aseguró el funcionario–. El reglamento establece que el consejero de mayor antigüedad se haga cargo y tiene todas las facultades para hacer funcionar la institución”.

En las dos semanas que existen hasta la próxima sesión del consejo directivo, los claustros intentarán acercar posiciones y bajar pretensiones para lograr destrabar la situación. Decusatis admitió que “el diálogo es la única forma de salir del punto donde estamos. Si hay posibilidad de diálogo, se puede destrabar”. En ese sentido, los estudiantes de mayoría plantearon en el consejo que “se están discutiendo proyectos de facultad” y que los dos grupos enfrentados “tienen que abrir el debate, para que el rumbo de la facultad sea discutido por todos y no por unos pocos”.