Jue 07.02.2002

UNIVERSIDAD  › ENTREVISTA CON EL NUEVO SECRETARIO DE EDUCACION SUPERIOR

“No hay ningún plan de arancelar”

El radical Juan Carlos Pugliese dijo que hay que ampliar el ingreso universitario y rezó por que se pueda cumplir con el presupuesto.

› Por Javier Lorca

–Como parte de un gobierno transitorio, ¿usted asumió con proyectos concretos o sólo pretende capear la crisis?
–Esta es una gestión de transición y lo primero es superar la emergencia. Pero la emergencia no se resuelve haciéndole “olé” a los problemas, sino afrontándolos y, en este caso, tratando de trabajar para mejorar el sistema universitario.
–¿Cuáles serán las prioridades?
–He consensuado con los rectores una agenda que incluye la cuestión presupuestaria y luego temas como la integración de las universidades con el resto del sistema educativo y lograr una mayor flexibilidad en los planes de estudios. También vamos a promover un sistema de créditos, como el que hay en Europa. Otra cuestión es la de las nuevas modalidades de enseñanza, no presenciales, para las que hay un vacío normativo. Lo mismo pasa con la creciente internacionalización de la educación superior, que se presenta con la llegada de muchas universidades extranjeras de dudosa calidad. Tenemos propuestas, pero antes vamos a consensuarlas, porque las universidades son autónomas.
–¿Qué problemas identifica en el sistema universitario?
–Entre las cosas por mejorar están la baja tasa de graduación, mala distribución de los alumnos, bolsones de excelencia mezclados con baja calidad, asignación de recursos por inercia histórica, bajos sueldos y mal diseño de las dedicaciones docentes. Pero lo más grave es que la mayoría de los argentinos no tiene acceso a la universidad. La población estudiantil no difiere mucho entre quienes van a universidades públicas y a privadas. Es la clase media. Y es indispensable tener más alumnos en la universidad para aumentar la capacidad del país. Hace falta una política compensatoria. Vamos a incrementar los programas de becas. En el presupuesto incluimos un aumento de la partida de becas: se van a destinar 50 millones, cuando hasta 2001 eran siete millones.
–¿Hay que modificar el sistema de ingreso en las universidades?
–Esa es una atribución de cada universidad. Pero es claro que la escuela media es el nivel con más problemas y eso dificulta el acceso a la universidad. La integración y articulación del sistema podría facilitar el ingreso. Tenemos que hacernos cargo de que, sea con políticas neoliberales o socialistas, no hay ningún país que tenga un ingreso que no sea por méritos. Y tampoco hay ninguno que haya podido violentar la impenetrabilidad de los sólidos: donde no caben más, no caben. Por suerte, en Argentina el exceso de alumnos está limitado a pocas universidades y, en ellas, a pocas carreras.
–¿Y la deserción estudiantil?
–Es gravísima. De los que ingresan, el 50 por ciento deserta en primer año. Esto puede obedecer a que el sector más afectado por la crisis es la clase media, pero también puede obedecer a causas propias de la universidad. La decisión de qué carrera van a seguir los alumnos la toman a los 18 años, cuando no hay una vocación definida. Esto se podría evitar si el sistema universitario ofrece un ciclo inicial de formación básica y la especialización se hace después, articulando universidades con terciarios y colegios universitarios, y flexibilizando planes de estudios. Y se podría otorgar un diploma al final del ciclo de educación básica.
–¿Este gobierno va a impulsar el arancelamiento de los estudios?
–No hay ningún plan para arancelar. Está fuera de la agenda. La equidad pasa por mejorar el sistema impositivo y no por arancelar.
–¿Los fondos para 2002 van a mantener los mismos 1800 millones del último año?
–Sí y es muy importante, porque en un presupuesto que viene proyectado con una rebaja de 10 mil millones, mantener el presupuesto universitario es una señal muy fuerte.
–¿Se va a poder cumplir con la ejecución del presupuesto?
–(Como orando, Pugliese junta las manos y mira al cielo.) El hecho de haber mantenido el presupuesto universitario significa que hay una priorización de la educación. Espero que se programe la efectivización de esas partidas de la mejor manera posible.
–¿El Estado va a cancelar su deuda con las universidades?
–La deuda por el 2001 son 71 millones, incluidos el pago del incentivo a docentes investigadores, un programa de capacitación, gastos operativos de septiembre a diciembre y el reintegro correspondiente a noviembre y diciembre del descuento del 13 por ciento a los salarios menores a 500. El crédito está reconocido y estamos buscando un cronograma y forma de pago.
–¿Qué va a pasar con el estudio realizado por la Comisión Juri, que el año pasado trabajó en un diagnóstico y un plan para mejorar la educación superior?
–La comisión casi terminó un trabajo que incluye informes individuales y estudios de campo. Faltan detalles. La idea es impulsar su finalización y eso va a dar resultados muy importantes. Vamos a obtener información y opiniones sobre el sistema fundamentales para formular políticas, máxime teniendo en cuenta la pluralidad de la comisión. Para fin de marzo va a estar todo terminado y se va a publicar el informe.
–El mes que viene la universidad más grande del país, la UBA, elegirá al rector que sucederá a Oscar Shuberoff. ¿Qué perfil cree que debe tener?
–La UBA le debe un proyecto académico a la sociedad. El perfil del próximo rector tiene que ser más académico que político. Espero que sea elegido más por un reclamo de la sociedad que por las razones que la propia universidad pueda tener hacia su interior.

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