Si bien el Gobierno pretende repetir los 1800 millones del año pasado, sin recortes, el presupuesto universitario ya generó polémica.
“Las transferencias directas a las universidades no van a constituir el total del presupuesto. Hay una partida de unos 170 millones, el 13 por ciento del total, que se reserva en el ámbito del ministerio para su asignación a las universidades por pautas de calidad”, explicó Pugliese en la entrevista con Página/12.
–¿En qué consistirán esas pautas?
–Estoy proponiendo que la asignación se haga a cada universidad de acuerdo con su participación histórica y a través de convenios entre el ministerio y las universidades. La idea es hacer acuerdos programa sujetos al cumplimiento de ciertas metas y que en esas metas estén contenidos los cambios que las universidades tienen que hacer.
En diálogo con este diario, la secretaria general de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), Anahí Fernández, reclamó: “El presupuesto es el mismo, pero a los trabajadores nos van a aplicar igual el recorte del 13 por ciento a los salarios mayores a 500 pesos. Pero la plata para pagarnos está. No nos parecería mal que se redistribuya parte de los recursos, pero en este caso es inaceptable porque los fondos salen de nuestros sueldos”. Mientras, comenzaron las negociaciones en el Congreso, donde los legisladores, al tratar la Ley de Presupuesto, deberán resolver si la propuesta oficial perdura o no.