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El rectorado de la Universidad de Buenos Aires (UBA) reunirá hoy en una mesa de diálogo a los principales actores del conflicto en la Escuela Carlos Pellegrini: el centro de estudiantes, los profesores alineados al gremio AGD y los docentes nucleados en UTE. La pelea central radica en quién se hará cargo del colegio hasta que se elija a un nuevo rector, tras la renuncia de Jorge Fornasari. De esta discusión depende, a su vez, la regularización de las clases. Ayer, primer día después del levantamiento de la toma que duró 17 días, la actividad académica no fue normal: si bien los estudiantes suspendieron sus protestas y los cuestionados vicerrectores pudieron ingresar, aún no hay autoridades designadas de modo oficial y, además, los docentes de UTE no dieron clases, acusando a la UBA de haber validado “un golpe institucional” y de haber promovido la salida de Fornasari.

Ante el levantamiento de la toma el viernes pasado y con el objetivo de “garantizar las clases a fin de evitar la pérdida del ciclo lectivo”, el rectorado de la UBA decidió reabrir las reuniones iniciadas en abril, con el fin de recibir las diversas reivindicaciones de los claustros del colegio y buscar una salida al conflicto.

El centro de estudiantes y los docentes de AGD sostienen que la escuela está acéfala: “Al renunciar el rector Fornasari, todo su equipo queda afuera”, sostuvo el profesor Julio Bulacio, de AGD. El secretario del centro estudiantil, Federico Fernández, dijo que los alumnos no tienen inconvenientes en que se reanuden las clases con normalidad, “lo que queremos dejar en claro es nuestra intención de validar las clases dictadas durante la medida de fuerza. Y en cuanto a las clases perdidas, no tenemos problemas en recuperarlas”. Además, los alumnos buscan la garantía, por parte de la UBA, de que no recibirán sanciones ni faltas por la última toma.

Los profesores de AGD plantean la necesidad de designar una autoridad administrativa al menos por 15 días, hasta que se elija a un nuevo rector. “Proponemos que la transición la lleve un profesor, o profesora, que pueda asegurar hacia el interior de la escuela cierta tranquilidad de trabajo, para que en la mesa de diálogo se pueda debatir con serenidad”, dijo Bulacio a Página/12. Este sector percibe con intranquilidad la permanencia del equipo de gestión de Fornasari, encabezado por el vicerrector Raúl Juárez Roca, por eso “queremos que el conflicto se resuelva lo antes posible, para evitar cualquier provocación”.

En cambio, los docentes de UTE pujan por mantener al frente del colegio a los actuales vicerrectores, y con esa posición llegarán mañana a la reunión conjunta convocada por la UBA. “Nuestro planteo es que no haya intervenciones hasta que no se elijan nuevas autoridades a través del consejo resolutivo, como establece el reglamento general del colegio”, dijo el docente Marcelo Creta. Este gremio aprobó en asamblea rechazar el “golpe institucional que validó la UBA, pidiendo la renuncia de Fornasari”, quien firmó su salida el jueves pasado. Los docentes de UTE-Ctera continuarán en asamblea permanente, sin dar clases, hasta que no se garantice la “defensa de la institucionalidad del colegio”, completó Creta.

Más allá de quién sea la autoridad interina, queda el debate por la elección de un nuevo rector: el consejo de la escuela debe proponer una terna de candidatos y luego decidirá la UBA. “Ya tuvimos dos experiencias parecidas, en 2007 y 2011, cuando designaron autoridades que no contaban con el apoyo de la comunidad educativa del colegio, y fracasaron –avisó Bulacio–. Ahora la UBA debe elegir un perfil progresista y democrático, comprometido con el proyecto educativo del colegio.”

Informe: Agustín Saavedra.