Vie 23.09.2011

UNIVERSIDAD  › FARMACIA (UBA) PRODUCIRA MEDICAMENTOS DE “BAJO COSTO Y ALTA CALIDAD”

La facultad tiene remedio

La planta de producción de medicamentos funcionará en el Hospital de Clínicas. El objetivo es abastecer a la red de hospitales universitarios y también ofrecer un espacio de formación práctica para estudiantes y docentes.


Contribuir a la producción pública de medicamentos. Abastecer a los hospitales universitarios que dependen de la UBA, con especialidades medicinales de “bajos costos y alta calidad”. Aportar, por último, al desarrollo académico, brindando un espacio de formación para docentes y estudiantes. Estos son, entre otros, los objetivos de la planta farmacéutica que la Facultad de Farmacia y Bioquímica construirá en el Hospital de Clínicas. Un comité asesor, que reúne a representantes nacionales y sectoriales, avaló el proyecto de factibilidad que diseñó la propia facultad y, por lo tanto, queda ahora avanzar en la obra, cuya inversión alcanzará a cuatro millones de dólares.

Tres universidades nacionales cuentan ya con sus propias plantas de producción de medicamentos: la Universidad del Litoral, que lleva en actividad dos años; la Universidad de San Luis, que cuenta con ocho años de producción (y es el modelo que tomó la UBA), y la Universidad de Córdoba, la más antigua, que tiene una planta de hemoderivados funcionando hace quince años.

Para la UBA éste es un proyecto de vieja data. En la década del ’70, el por entonces rector Raúl Laguzzi proponía algo similar, pero la dictadura, en su afán desmantelador, lo desechó junto a tantos otros proyectos de aquella universidad. “Ahora el rector Rubén Hallú decidió darle vida nueva a este proyecto que viene desde el 2009, y hasta podríamos decir que lo asumió como propio –señala a Página/12 el decano de la facultad, Alberto Boveris–. Así que el proyecto avanza y esperamos poder inaugurarlo en el 2012, teniendo en cuenta la bonanza para la ciencia y la tecnología que existe hoy.”

La nueva planta de producción de medicamentos tendrá 1363 metros cuadrados y estará ubicada en el Hospital de Clínicas, perteneciente a la UBA. El costo total de la obra será, aproximadamente, de cuatro millones de dólares, donde la obra civil costará dos millones, los equipos de producción y servicios 1,4 millón, y el laboratorio de desarrollo farmacéutico unos 300 mil dólares. El proyecto cuenta ya con un subsidio que ronda los 400 mil dólares de parte de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, que estaría disponible a partir del mes que viene. Se estima que en el 2012 la facultad estará en condiciones de inaugurar la planta y que, según comentan sus impulsores, producirá unos 450 mil comprimidos por semana con una variedad, en principio, de 25 especialidades medicinales.

“Esto da una idea del potencial de la planta, de la envergadura del proyecto. Y que haya salido la ley es lo que termina por empujar hacia adelante la iniciativa”, dice Boveris, y se refiere a la Ley de Producción Pública de Medicamentos, promulgada en julio de este año, cuyo texto establece que los medicamentos son bienes sociales y que su producción es de interés nacional. Así, la norma fomenta el acceso a medicamentos, vacunas y productos médicos y favorece el desarrollo científico y tecnológico a partir de laboratorios de producción pública, un círculo al que ahora la UBA pretende incorporarse.

Para ello, en los últimos días se reunió un comité asesor integrado por representantes de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), de la Asociación Argentina de Farmacia y Bioquímica Industrial (Safybi), de la Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica y de la propia Facultad de Farmacia y Bioquímica. Ante esta comisión fue presentado el estudio de factibilidad que la facultad había desarrollado y, tras su análisis, fue avalado por el comité. Así avanza la etapa de “sustentabilidad y viabilidad” del proyecto, donde trabajaron arquitectos e ingenieros. Ahora se esperan las resoluciones de rigor y, luego, el dinero para iniciar las obras.

El proyecto tiene origen estudiantil: surgió en el consejo directivo de la facultad, propuesto por los consejeros de la Alianza por los Estudiantes (radicales e independientes). Tras aprobarse allí, el proyecto pasó al Consejo Superior de la UBA, cuyo titular lo tomó como una “causa institucional”. “Por primera vez la UBA puede cooperar y marcar el paso sobre el ámbito público de producción de medicamentos –dice el subsecretario de Asuntos Estudiantiles de la Facultad, Leandro Guerschberg–. La UBA tiene cinco hospitales universitarios. El objetivo, en principio, es abastecerlos a bajo costo y con alta calidad, a partir de los mejores estándares internacionales. Además, el circuito cierra porque aportaría también a lo académico, siendo un espacio de capacitación docente, técnica y estudiantil –agrega–. La idea no es competir con el campo privado, sino autoabastecerse en aquellas especialidades que más se utilizan.”

Informe: Agustín Saavedra.

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