UNIVERSIDAD › LA SITUACIóN UNIVERSITARIA EN ESPAñA Y LA REGIóN, SEGúN LOS DOCENTES
Reunidos en la Internacional de la Educación de América Latina, que comenzó ayer en Buenos Aires, dirigentes docentes analizan y comparan los cambios y los conflictos que atraviesa la educación superior en sus países.
Argentina y Brasil tomaron caminos similares en materia de educación superior: crearon nuevas universidades, incrementaron el salario docente y aumentaron el financiamiento a la ciencia y la tecnología. Chile, en cambio, escapó por un atajo privado, que el movimiento estudiantil pretende desmontar. Perú, por su parte, está en transición. España, afectada por la crisis económica global, enfrenta el recorte y el ajuste. Ese diagnóstico sobre la universidad iberoamericana plantearon ante Página/12 representantes gremiales docentes de diferentes países, en el marco de la Internacional de la Educación de América Latina que comenzó ayer en Buenos Aires.
Los dirigentes de gremios docentes participan de la tercera reunión de sindicatos latinoamericanos de educación superior, organizada por la Conadu.
“Los cambios en la educación superior en Argentina y en Brasil tomaron una dirección parecida –dice Gil Figuereido, de Proinfes–. Hoy en Brasil tenemos alrededor de 65 universidades, cuando hasta hace pocos años había 50. Los salarios aumentaron un 80 por ciento su valor real con relación a siete años atrás. Discutimos la carrera docente, y los institutos tecnológicos tienen un desarrollo fantástico.” Perú, por su parte, también ha creado nuevas universidades, “pero no están claramente definidas sus características ni tampoco de dónde saldrán los recursos humanos para llevarlas adelante”, comenta Juan Anicama, de Fedunp. En Chile, según Guilermo Scherpin, del Colegio de Profesores de Chile, desde la década del ’50 no se crea una sola universidad pública. “Sin embargo, se exhiben 16 universidades, que son en realidad las sedes autónomas de las únicas dos instituciones del Estado que tuvimos históricamente –advierte Scherpin–. Mientras, ya tenemos cerca de 60 universidades privadas.”
La educación superior en España está en una situación crítica: “Las políticas de ajuste están a la orden del día –cuenta Pedro González, de la Federación de Enseñanza (CCOO)–. El recorte presupuestario hacia las universidades entre 2010 y 2012 ha sido del 15 por ciento. A la par que se están conculcando los derechos de negociación colectiva y de gobernanza democrática”. En Perú se vive un proceso de transición: “Ollanta Humala ha cumplido sus primeros cien días como presidente, y se ha comprometido a mejorar la educación universitaria, pero hasta el momento no lo ha hecho –asegura Gustavo Iberia, de Fendup–. Tenemos dos leyes pendientes. Una nueva ley universitaria, que es urgente. Y se preparó otro proyecto de ley que busca democratizar la elección de autoridades universitarias, porque se ha llegado a casos de corrupción muy graves”.
Entre Brasil y Argentina, no obstante, hay algunos matices que Figuereido se encarga de distinguir: “La dedicación exclusiva de los docentes brasileros es del 80 por ciento, y aquí es mucho menor. Pero, por otro lado, la matrícula pública en Brasil es el 25 por ciento del total, y aquí es del 75”. En eso Brasil se parece a Chile, cuya matrícula educativa es manejada en su mayoría por el sector privado. “Chile tiene la educación superior más cara del mundo –asegura Scherpin–. Lo que facilita el Estado es un crédito, cuya tasa de interés es la más alta del mercado nacional y lleva a niveles de endeudamiento grandísimos. Y esto es lo que está denunciando el movimiento estudiantil.” En España, en tanto, “el número de universidades públicas no crece desde hace mucho, mientras las privadas se han incrementado en un 50 por ciento. Es una situación preocupante”, considera González.
Argentina reabrió sus negociaciones paritarias, en cuyo marco los representantes gremiales universitarios debaten estos días el primer convenio colectivo de trabajo. En Perú, en cambio, “no existe el sistema de negociación anual que tiene Argentina. Envidiamos esa conquista”, reconoce Iberia. En Brasil las paritarias también están vigentes: “Estamos negociando desde hace cuatro años en un grupo de trabajo que integra a todas las organizaciones sindicales de servicio público –comenta Figuereido–. La propuesta es mandar al Congreso una legislación que obligue al Estado a negociar todos los años con sus trabajadores, para mantener una mesa nacional de negociación colectiva. Eso se está gestando, pero hay matices entre los diferentes gremios”.
Según Scherpin, de todos los trabajadores de la educación chilena, los más precarizados y flexibilizados son los universitarios: “Dependen de negociaciones con cada una de sus universidades privadas, y en algunos casos se dan negociaciones individuales. Hay alto porcentaje de docentes contratados por hora, que terminan trabajando en tres o cuatro lugares a la vez y no se sindicalizan. En el caso del sector público, hemos logrado conservar a los académicos que se derivaron de las universidades estatales, y están incluidos en la mesa que negocia anualmente el reajuste anual de los trabajadores públicos”.
En España, en tanto, la ley marco de educación, aprobada en 2007 indicaba un plazo de seis meses para crear un estatuto docente. “Cosa que hasta fines del 2011 no se hizo, con lo cual muchas de las condiciones de trabajo no están reguladas –relata González–. Y si bien todos los trabajadores, menos los jueces y los militares, tenemos derecho en España a la negociación colectiva, últimamente los recortes van también por estos lados.”
Informe: Agustín Saavedra.
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