Vie 18.04.2003

UNIVERSIDAD

Con censura, renuncias y amenazas, se prepara una crisis a la riojana

Una revista realizada por alumnos criticó al gobierno de la Universidad de La Rioja y desató un profundo conflicto interno.

› Por Javier Lorca

Una modesta revista de apenas veinte páginas publicada por un grupo de estudiantes generó una profunda crisis en la Universidad Nacional de La Rioja. El conflicto incluye nada menos que desde denuncias de censura, aprietes y amenazas de expulsiones, hasta el cierre de una oficina de prensa, versiones sobre la clausura de la carrera de Comunicación Social y la ya concretada renuncia de un decano. El director de la revista, un estudiante independiente de 26 años, acusó directamente al entorno del rector Enrique Tello Roldán: “Parece que les molestó que habláramos sobre cosas de la universidad que todo el mundo sabe. Nos presionaron con sanciones y la expulsión –afirmó Horacio Suárez a Página/12–. A mí un hombre del sector tellista me amenazó con romperme la cabeza”. En diálogo con este diario, el rector justicialista desmintió todo y anunció que piensa dejar el cargo en septiembre: no porque la Justicia haya declarado ilegal su última reelección, sino porque –según dijo– fue elegido como “uno de los dos mil intelectuales más destacados del siglo XXI” (ver aparte).
Todo empezó cuando alumnos de Comunicación lanzaron El Joaquín, una revista de distribución gratuita, con una tirada de cuatro mil ejemplares, financiada por algunos avisos y los bolsillos estudiantiles. “Es la primera vez que acá hay una publicación interna, con noticias de la universidad y de interés para los estudiantes”, contó el director de la revista, que está cursando el tercer año de la carrera.
El primer (y por ahora único) número apareció el 7 de abril y, entre otras notas, además de una caricatura del rector, incluía dos artículos que desataron la crisis. Un artículo versaba sobre una estafa contra la fundación de la universidad que recauda los aranceles pagados por los alumnos, estafa que fue denunciada por las propias autoridades de la institución. El otro artículo de la discordia se refería a los fallos judiciales que declararon nula la asamblea universitaria que el año pasado reeligió a Tello Roldán.
Apenas salió la revista, estalló una escalada de conflictos que tuvieron amplia repercusión en los medios periodísticos locales. “Nos empezaron a amenazar por todos lados. Las autoridades cerraron la oficina de prensa de la universidad. No sabemos por qué, pero parece que creyeron que tenía algo que ver con nosotros –siguió Suárez–. Entre los anunciantes estaba el dueño de la cantina. Lo apretaron con sacarle la concesión y dijo que nosotros lo habíamos engañado. También los centros de estudiantes, que responden al rector porque están becados, salieron a mostrarse contra el contenido de la revista y a defender a Tello Roldán.”
No sólo eso. Empezaron a correr rumores de sanciones para los alumnos vinculados a la publicación. En declaraciones con la prensa local, partidarios del rector comentaron que estudiaban “cerrar Comunicación Social”, ya que los alumnos estaban siendo “mal formados... Los docentes no enseñan ética ni respeto hacia la institución”. Y el director de la carrera, Daniel Cohen, que concentraba varias funciones, renunció al decanato de Humanidades. “Cohen no tenía nada que ver, al contrario, siempre nos puso palos en la rueda. Pero, por alguna interna de ellos, los centros de estudiantes lo responsabilizaron y tuvo que renunciar”, apuntó Suárez.
Mientras, la Federación Universitaria Argentina repudió “los actos de censura y restricción de la libertad de expresión a un grupo de compañeros estudiantes de Comunicación Social, que por plasmar sus pensamientos y sus opiniones son perseguidos, censurados y cuestionados por las autoridades de la universidad”, según señaló el presidente de la FUA, Emiliano Yacobitti (Franja Morada).
El rector de la Universidad Nacional de La Rioja, donde estudian unos doce mil alumnos, sostiene una versión totalmente opuesta. “Lo que hayan publicado en mi contra no me importa, está dentro de la libertad de prensa. Quieren hacer ver como que hay censura, pero nada de eso. Desmiento bajo juramento que haya habido censura –dijo–. En realidad, estos alumnos generaron una hecatombe porque tuvieron una actitud falsaria, invocaron como fuentes de información y de publicidad a gente que nunca había hablado con ellos. Los tuvieron que salir a desmentir 21 de los 28 centros de estudiantes, además de la gente de la cantina.”
Frente a los rumores y versiones, Tello Roldán aseguró que él no impulsa ninguna sanción a los estudiantes y que el cierre de la oficina de prensa es transitorio y sólo se debe a un traslado edilicio. Asimismo, dijo que la renuncia de Cohen se debió razones personales. Y sostuvo que no se cerrará Comunicación: “Hay que evaluar la carrera para introducir la enseñanza de ética. Si no damos conceptos éticos en la formación de periodistas, sería como formar médicos para practicar abortos”, aventuró.

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