El frente de izquierda que conduce la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) recibió críticas tanto desde las agrupaciones kirchneristas como desde el espacio reformista que comparten radicales, socialistas y aliados. Ante la frustrada elección de autoridades por falta de quórum y tras el vencimiento de los mandatos, la oposición se lanzó a cuestionar la “ilegitimidad” e “irregularidad” de la actual conducción y a exigir un nuevo llamado a elecciones. El oficialismo, en tanto, desestimó las críticas y aseguró que no convocará a un nuevo congreso electoral hasta que se asegure la participación de todas las fuerzas.

La conducción de la FUBA está en manos de la izquierda orgánica y de la izquierda independiente: el PO y La Mella, respectivamente, secundados por el PCR, Libres del Sur e Izquierda Socialista. El espacio kirchnerista contiene a La Cámpora, al Movimiento Universitario Evita, a la UES-Munap, Nuevo Encuentro, Fuerza Militante, PCCE, Frente Universitario JP Descamisados, La Nunca Menos, entre otras organizaciones estudiantiles. Por su parte, el reformismo tiene como principal corriente a Nuevo Espacio, que integra a radicales, socialistas, peronistas y aliados.

Es decir, la oposición se escinde en dos grandes bloques: el reformismo y el kirchnerismo. Las críticas del reformismo avanzan por el flanco de las “instituciones”, del “respeto al estatuto”. Le endilga a la izquierda la doble presidencia y doble vicepresidencia, que en rigor no están contempladas en el estatuto. El ala estudiantil kirchnerista, en tanto, apunta a una dimensión más política y social: cuestiona las “contradicciones internas” del gobierno de la FUBA y reprueba “el divorcio de la federación con la realidad nacional”.

“La Mella y el PO se unen en una lista común, pero no tienen una mirada y una evaluación común de la política nacional, ni regional, y en muchas casos ni siquiera de la política universitaria –le dijo a este diario el consejero directivo de Sociales, Martín Clavell–. La contradicción interna se expresó en las discusiones que se dieron al interior del último congreso. Por un lado, el repudio a la política educativa del Gobierno por parte del PO y, por otro, el repudio a la nacionalización de YPF también por parte del PO, cuando en La Mella hablaban a favor de la reestatización.”

“Es una vergüenza que después de un mes de haber llamado a un congreso para consumar el fraude de La Mella y el PO, que no pudo ser por falta de delegados, no se hayan comunicado con el resto de los delegados, que no hayan llamado a una comisión directiva para llamar a un nuevo congreso”, manifestó el dirigente de Nuevo Espacio Juan Manuel Oro, quien además advirtió: “Si el estatuto no se respeta, la UBA debería replantearse los espacios que le cede a la FUBA”.

Militante de La Cámpora e integrante del Frente Sociales por el Proyecto Nacional, Clavell amplió su mirada: “Ni siquiera es que se critica, sino que se combate a la política educativa de un gobierno que aumentó el presupuesto del sector a un máximo histórico. No podíamos asistir al congreso y avalar el uso que hacen de la federación. Los estudiantes no lo reconocen como un órgano propio, no es efectivamente la herramienta gremial para que puedan transitar su vida universitaria”.

La posición de la conducción de la FUBA fue planteada ante Página/12 por el dirigente de La Mella Igal Kejsefman: “El estatuto no prevé la situación de que no haya presidentes, no existe tal acefalía. Como ha pasado en otros años, también sin quórum, seguirán conduciendo las mismas autoridades hasta que haya un nuevo congreso. Nuestra legitimidad reside en que conducimos 9 de los 13 centros de estudiantes de la UBA. Y que con las elecciones obligatorias del año pasado obtuvimos la mayoría de los consejos directivos, por lo que también tenemos mayoría en el Consejo Superior”.

El dirigente del PO en la FUBA Julián Asiner también declinó la argumentación en su contra: “Convocamos a un congreso de acuerdo al estatuto y a la mesa representativa de la federación –dijo–. Ellos (la oposición) vinieron y votaron, votamos todos juntos. Después vino el acuerdo para vaciar el congreso, así que fueron ellos los que incurrieron en la ilegalidad”. Kejsefman aportó en el mismo sentido: “La Franja Morada (por Nuevo Espacio) y los kirchneristas han participado en los congresos anteriores con doble presidencia, ¿cómo se explica que ahora lo cuestionen?”. Por último, aseguró: “No tenemos problemas en convocar otra vez a elecciones. Si nos garantizan que quieren participar, se puede realizar esta misma semana. Pero convocar a un congreso para que vuelva a vaciarse, no tiene sentido”.

Informe: Agustín Saavedra.