“La idoneidad es la única condición para el desempeño de una función.” Con esa frase del artículo 16 de la Constitución Nacional, cientos de docentes, investigadores, graduados y estudiantes de la carrera de Sociología de la UBA encabezaron una declaración de “firme repudio” a la “política de jubilación docente compulsiva y sin derecho a opción”, que aplica la universidad, “por medio de la cual se obliga a la jubilación involuntaria de los más valiosos profesores de nuestra casa de estudios, no renovando las designaciones de quienes eligen continuar ejerciendo la tarea docente en las aulas universitarias. Adoptando diversas resoluciones y medidas, el Consejo Superior de la UBA excluye, en el caso de la carrera de Sociología, a profesores de la talla de Juan Carlos Marín, Inés Izaguirre, Miguel Khavisse, Darío Canton, Celia Guevara, entre otros docentes afectados. Se trata de quienes durante décadas aportaron al desarrollo de la producción científica en el campo de las ciencias sociales a partir de la solidez de sus conocimientos, la creatividad en el plano de la reflexión, la profunda capacidad intelectual y la larga experiencia de trabajo docente e investigativo, siendo pilares en la formación de nuevas generaciones de sociólogos, profesores e investigadores, en el ámbito de la universidad pública. Consideramos que la jubilación es un derecho, que no puede subvertirse como instrumento compulsivo de exclusión de quienes desean compartir el caudal de conocimientos adquiridos a lo largo de brillantes trayectorias en la vida académica, con las nuevas generaciones de estudiantes de la UBA. Por este medio, y en nuestro carácter de protagonistas de la vida académica de la universidad, solicitamos al Consejo Superior: respetar el derecho a opción a renovar las designaciones de los docentes de 65 años y más sin techo de edad”.