UNIVERSIDAD
› EN EL 85º ANIVERSARIO DE LA REFORMA UNIVERSITARIA
Los ejes de la nueva reforma
El ministro Filmus hizo públicas sus ideas centrales para la universidad: democracia, soberanía, justicia social y productividad.
› Por Javier Lorca
Por primera vez desde que asumió como ministro de Educación, Daniel Filmus desgranó ayer públicamente las ideas marco que pretende impulsar para la universidad pública. Fue en la apertura de los debates organizados por la Federación Universitaria Argentina para recordar el 85º aniversario de la Reforma Universitaria, aquella pequeña gran revolución que en 1918 instauró conceptos como cogbobierno y autonomía en las casas de estudios. En su exposición, Filmus hizo foco en cuatro elementos que considera claves para el desarrollo y transformación de la universidad: democracia, soberanía, justicia social y productividad. Además, repitió que la remanida cuestión del arancelamiento “no está en discusión”.
Las actividades de la “Semana de la Reforma” empezaron cerca de las 16 de ayer. El panel de apertura comenzó con un minuto de silencio dedicado a Ana María García Raggio, la secretaria de Asuntos Académicos de la UBA fallecida el sábado pasado.
La apertura estuvo a cargo del presidente de la FUA, Emiliano Yacobitti: “La universidad pública y gratuita es la única que puede sacar al país de esta crisis. Para salir adelante hace falta más y mejor universidad, más y mejor reforma universitaria”. Luego siguió la secretaria general de la Conadu, Anahí Fernández, quien enumeró los reclamos del sector docente (aumento presupuestario y salarial, necesidad de un plan nacional educativo, reformulación de la evaluación y de las pautas de distribución de fondos) e insistió en la responsabilidad que tiene la universidad ante los problemas sociales: “Hoy la producción de conocimiento tiene que centrarse en la pobreza”. En sintonía, el siguiente orador, el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional, Daniel Malcolm, dijo que “la universidad pública es un factor fundamental para crear un nuevo escenario económico y favorecer la creación de miles de pequeñas empresas”.
Después sí fue el turno de Filmus. “Es difícil plantear el debate universitario si no hay un modelo de país –dijo–. En los últimos años el modelo estuvo determinado por el mercado. Solamente necesitaba una pequeña elite que administrara y una universidad parking, un estacionamiento que retuviera a los jóvenes, no una universidad que formara una masa de pensamiento crítico.” Un elemento central para transformar la universidad –consideró– será terminar con la desarticulación del sistema educativo superior: la universidad tendrá que articularse con la escuela media y con el sistema científico tecnológico.
“Democracia” es el primero de los cuatro ejes que planteó: “La universidad debe ser formadora de conciencia democrática, de ciudadanía”. Destacó que la universidad debe ser democrática hacia adentro, pero, ante los reclamos de elección directa, se ocupó de aclarar que también debe convivir con la necesidad de que sea meritocrática respecto de los profesores. Segundo eje: identidad o soberanía. “La universidad no tiene que formar profesionales en general, tiene que formar profesionales argentinos. No puede ser que los estudiantes se gradúen en nuestras universidades y al día siguiente se vayan del país... Esto tiene que ver con qué valores transmitimos.”
“El Banco Mundial nos vendió que había que medir la eficiencia de la universidad de acuerdo con el origen social de los estudiantes. Y esto es sólo una parte”, señaló para introducir el tercer elemento, el de justicia social o equidad. El ministro insistió en que lo importante es la renta social y no tanto la riqueza individual que el conocimiento pueda generar: un graduado en Medicina puede desarrollar una vacuna que preserve la salud de miles de pobres. “La mayor justicia social para los estudiantes es garantizar que puedan terminar sus carreras... Los que no pueden terminar provienen, en su mayoría, de los sectores sociales más carenciados.” Para modificar ese sesgo de la deserción, Filmus propuso pensar un plan nacional de equidad. El cuarto elemento fue el de productividad. “Tenemos que generar graduados de calidad... Argentina tiene que competir por lacapacidad de sus trabajadores”, por el valor agregado del conocimiento y no por la precarización del empleo. Antes de cerrar, se refirió a la necesidad de incrementar el presupuesto educativo y los salarios docentes, un reclamo que estimó justo. “Hay que convencer a la sociedad de que una buena universidad no es sólo para los universitarios, sino para todos los argentinos. La universidad es la única estrategia que nos puede permitir construir un modelo de desarrollo como el que soñamos.”
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