“Este premio no es académico, es para personas cuyo compromiso político se tradujo en una acción sostenida para revertir la situación de los más humildes.” Con esas palabras explicó Diego Tatián, decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Córdoba, la decisión de concederle el premio José María Aricó a Milagro Sala, la dirigente de la Túpac Amaru que se encuentra detenida desde enero en Jujuy. El consejo directivo de la facultad, que tiene más de cinco mil alumnos, aprobó en su sesión de esta semana distinguir a la legisladora del Parlasur, como una forma de apoyar también el pedido de liberación que llevan adelantes miles de universitarios: al día de hoy se han pronunciado 104 autoridades –rectores, decanos y ex funcionarios– y más de 1600 docentes e investigadores. El rector de la UNC, el radical Hugo Juri, ex ministro de Fernando de la Rúa, manifestó su desacuerdo con la decisión de la facultad.

El consejo de Filosofía aprobó otorgarle el premio a Sala por unanimidad –con una sola abstención–, en “reconocimiento a su vasta obra social junto a los sectores más humildes y relegados del norte argentino” y sin desconocer “el contexto de persecución política de la que es objeto su persona, al igual que la de otros referentes sociales de Jujuy”. La idea de las autoridades es entregarle la distinción en los primeros días de septiembre, en el penal del Alto Comedero. Si no es posible, se hará una entrega simbólica a representantes de la Tupac Amaru.

“Además de reconocer una obra social, el premio busca contribuir a hacer visible la cantidad de irregularidades que han hecho que Milagro haya sido detenida y siga presa. El Poder Judicial de Jujuy no es independiente, es un instrumento del Poder Ejecutivo del gobernador Gerardo Morales”, señaló a Página/12 Tatián.

Esta es la quinta edición del Premio José María Aricó, que reconoce el “compromiso social y político”; antes lo habían recibido Ricardo Obregón Cano, Emi D’Ambra, Horacio González y Álvaro García Linera.

La dirigente de la Túpac Amaru fue detenida luego de llevar adelante varios días de acampe frente a la gobernación de Jujuy; los argumentos para su detención fueron la “instigación a cometer delitos y tumultos”, y más tarde se sumarían otras acusaciones.

“La foto de la Argentina de hoy es el represor Miguel Etchecolatz en su casa y Milagro Sala en un penal”, dijo la consejera estudiantil Candelaria Herrera, de la agrupación La Bisagra. En diálogo con este diario, Herrera reivindicó la tarea de Milagro Sala como “referente social”. “El hecho de que este presa simboliza lo que es Cambiemos –sintetizó la consejera–, quieren ejercer un disciplinamiento económico y social, Sala es el ejemplo. Sostenemos que está presa sin ningún asidero legal.”

El rector de la Universidad de Córdoba, Hugo Juri, manifestó no estar de acuerdo con la entrega del premio, pero dijo respetar la autonomía universitaria. Más duros, decanos de otras facultades de la UNC expresaron en un documento que la decisión “tiende a generar una visión uniformizante que soslaya la pluralidad” y agregaron que se debería aguardar “el pronunciamiento definitivo por parte de los jueces naturales de la Constitución sobre la situación judicial en la que se encuentra” Sala.

El Comité por la liberación de Milagro Sala, que estuvo presente en la aprobación del premio, agradeció “el reconocimiento realizado por una institución de gran prestigio y una larga tradición en la defensa de la democracia, de los luchadores sociales; es un acto de verdadera justicia y de gran coherencia”.

Informe: Gastón Godoy.