El boleto educativo gratuito aprobado la semana pasada en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires excluye a los alumnos universitarios y terciarios, así como a docentes y no docentes: las organizaciones estudiantiles exigen se los incorpore al beneficio. Si bien la creación del boleto para los niveles primario y secundario fue reconocido incluso por sectores opositores, sus limitaciones ya comenzaron a despertar reclamos. La ley no contempla al tren entre los transportes alcanzados por el beneficio y el máximo de viajes por mes que tendrán cubiertos los alumnos es de 50, con un tope de cuatro por día. Los dirigentes estudiantiles coinciden en que esta conquista se le “arrancó” al macrismo en un contexto de movilizaciones: por el boleto educativo el 21 de abril, en defensa de la educación pública el 12 de mayo y la del 16 de septiembre por el 40º aniversario de La noche de los lápices.

“Es un avance restringido, queremos que se incluya a los estudiantes universitarios”, dijo a Página/12 Adrián Lutvak (La Mella), copresidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires. Lutvak destacó que “es un gran paso en la defensa de la educación pública y celebramos la victoria de los estudiantes primarios y secundarios. Pero es incorrecto dejar a universitarios y terciarios fuera del boleto estudiantil, por eso desde la federación seguiremos peleando. En contextos económicos difíciles las tasas de deserción universitarias aumentan de manera preocupante. Por eso reclamamos ser incluidos en el boleto estudiantil gratuito, que tampoco incluye al resto de la comunidad educativa”.

Además de los sectores excluidos del beneficio, desde la oposición resaltan como insuficiente el número de viajes (exigen cien como mínimo) y que no esté contemplado el ferrocarril, que también es un medio de transporte interurbano, como los colectivos. Los acompañantes de los chicos tampoco están contemplados en el beneficio, como proponían otros proyectos. Las quejas sobre el número de viajes radica en que no contempla a los estudiantes que deben tomar más de un medio de transporte para llegar a la escuela.

El proyecto de ley aprobado el jueves pasado señalaba, entre sus fundamentos, que al ser el transporte de los alumnos “un derecho de tipo económico, social y cultural, el Estado asume la responsabilidad de lograr progresivamente su plena efectividad, aplicando hasta el máximo los recursos de los cuales disponga”.

Según advirtió la Multisectorial por el Boleto Educativo a través de un informe, la Capital es el distrito más rico del país, con un Producto Bruto Interno (PBI) de 212 mil pesos por habitante, “pero el proyecto incorpora únicamente a 270 mil estudiantes beneficiados, número similar a provincias con un PBI más chico, como Córdoba (70 mil pesos por habitante), y muy distante de los cuatro millones de beneficiarios que contempla la provincia de Buenos Aires, que tiene un PBI de 53 mil pesos por habitante; ambas contemplando a los universitarios y terciarios. Por lo que entendemos que no hay coherencia en el gasto que le representa a la CABA en relación con otras provincias como las citadas anteriormente”.

Ante la Legislatura, durante la sesión en que se trató el boleto, se manifestaron los universitarios de la FUBA, la Coordinadora de Estudiantes Terciarios, y los sindicatos de docentes Ademys, UTE-Ctera y AGD-UBA, para reclamar su inclusión en el beneficio.

En la provincia de Buenos Aires, el boleto se aprobó el año pasado por ley, pero recién se empezó a aplicar en agosto, y parcialmente: pese a que la norma los incluye, los estudiantes terciarios y universitarios todavía no pueden acceder al boleto gratuito, salvo los de la Universidad de La Plata. “Nosotros seguimos la pelea para que todos los universitarios y terciarios de la provincia tengan acceso al boleto gratuito, como establece la ley”, dijo Mateo Compagnucci (Miles), presidente de la FULP.

Informe: Gastón Godoy.