UNIVERSIDAD
Magro bocado para engrosar los hambrientos bolsillos docentes
Los gremios y el consejo de rectores universitarios negocian una leve mejora para los salarios. Se producirá a través de un blanqueo y beneficiará a los docentes con cargos más bajos.
Por Javier Lorca
Los enflaquecidos bolsillos de los docentes universitarios recibirán este año unos pocos billetes más. Pero “no es un aumento salarial”, se empeñan en aclarar funcionarios y sindicalistas, mientras siguen negociando cómo mejorar unos sueldos congelados –aunque con sucesivos parches– desde 1992. Lo confirmado es que más de 100 mil docentes de universidades nacionales verán un blanqueo en sus recibos de sueldo: cifras que vienen percibiendo desde hace seis años pasarán a ser bonificables. Aunque el incremento no puede aspirar a superar el calificativo de modesto. Según calculó el secretario de Políticas Universitarias, Juan Carlos Pugliese, “concretamente esto significa un aumento de entre un 8 y un 20 por ciento para los cargos docentes más bajos. Serán unos 20 pesos para cada uno”.
La negociación en busca de un aumento salarial la vienen sosteniendo los gremios docentes y los rectores de las casas de estudios, éstos agrupados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Prácticamente cerrado está el acuerdo para que se destinen unos 65 millones de pesos del presupuesto universitario a “blanquear” parte de lo que cobran los docentes desde 1998. Ese año, tras paritarias, se sumó a los salarios un plus proveniente de un plan plurianual de reestructuración laboral. Los montos se incorporaron como remunerativos (es decir, aportaban a la jubilación y la obra social), pero no bonificables (es decir, no eran contemplados para calcular ciertas bonificaciones, en especial, la antigüedad, parte sustancial del sueldo docente).
“En la jerga de los docentes, se trata de un blanqueo, no de un aumento. Impactará más en algunas universidades y en otras, no tanto, porque ya estaban completando esa diferencia con sus propios recursos, como el caso de la UBA o la de Córdoba”, dijo Pugliese a Página/12. El impacto hará diferencia también entre las categorías docentes. Los más beneficiados ahora serán los docentes con categorías inferiores, las dedicaciones simples y las semiexclusivas, sobre todo los que posean mayor antigüedad. Los docentes con dedicaciones exclusivas casi no percibirán diferencia en sus ingresos. Esto se debe a que ya estaban fuera del plus otorgado en las paritarias del ‘98.
Pese a lo exiguo del aumento, su alcance será amplio. De los 120 mil docentes universitarios del país, unos 20 mil trabajan ad honorem (punto que sigue sin propuestas de solución). Del resto, el 63 por ciento tiene dedicaciones simples y el 23 por ciento tiene semiexclusivas. Sólo el 14 por ciento reúne los cargos con mayor dedicación.
“Esto es sólo un paso. Con este blanqueo, muchos docentes van a poder superar la línea de la pobreza. Pero no todos. Necesitamos que este año haya un aumento de 200 pesos para empezar a recuperar el 50 por ciento de nuestro poder adquisitivo que perdimos entre 2002 y 2003”, dijo Pedro Sanllorenti, secretario adjunto de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu). El dirigente marplatense explicó que, cuando se confirme el blanqueo, “si un docente no tiene antigüedad, no va a cobrar más. Pero si tiene cinco años, va a recibir un aumento de entre el 5 y el 17 por ciento. Y si tiene 10 años de trabajo, entre un 15 y un 25 por ciento más”. Claro que esos porcentajes se remiten a salarios ínfimos: un promedio de 115 pesos mensuales para una dedicación simple y unos 435 pesos para una semiexclusiva.
“Va a significar una recomposición mediana para los docentes con más antigüedad y va a ser una cifra irrisoria para muchos otros docentes. Por eso reclamamos un aumento generalizado para todos los docentes que permita recuperar el nomenclador salarial, hoy completamente desvirtuado. Seguimos teniendo los peores sueldos de la administración pública”, señaló Claudia Baigorria, secretaria adjunta del otro sindicato nacional, la Conadu Histórica.
Las negociaciones entre gremios y rectores continuarán esta semana. El foco de discusión reside ahora en los docentes con dedicacionesexclusivas. Los sindicatos quieren que estos docentes también sean considerados en la mejora salarial. Para eso harían falta unos 7 millones de pesos más. Una fuente estimó: “El ministerio y las universidades están disputando a ver quién pone esos fondos. Los rectores quieren que el Gobierno destine una partida aparte. Y Educación, como consiguió que se pagara todo el presupuesto 2003 y la deuda de años anteriores, les contesta que usen esos recursos”.