La mayoría de los consejeros directivos de la Facultad de Ingeniería (UBA) volvió a la carga para destituir al decano Bruno Cernuschi Frías. Representantes de profesores, graduados y alumnos lo acusan de ser “autoritario, antidemocrático e ineficiente para el cargo”. En su defensa, se argumentó que los ataques contra Cernuschi se deben a que “el decano no es funcional al modelo de negocios en la universidad”.
En una sesión celebrada apenas pasada la cero hora del miércoles, el consejo aprobó el pedido de remoción. Ahora se abre un plazo de diez días para que el decano presente su descargo y, luego, el propio consejo decidirá. Esta misma situación se produjo el año pasado, pero entonces los opositores no lograron reunir los once votos necesarios para concretar la destitución. Ahora esperan tenerlos, ya que asumieron los nuevos representantes elegidos en octubre pasado.
“El decano ha transformado a la facultad en un campo de batalla intentando por todos los medios eliminar las instancias democráticas de decisión”, señalaron los consejeros José Rusell (mayoría profesores), Hugo Sirkin (minoría profesores), Miguel Reiser (mayoría graduados) y Carlos Vázquez (minoría estudiantes). Mientras tanto, la facultad continúa semiparalizada por el paro no docente, que ya cumplió una semana.
“La crisis de la facultad manifiesta un problema que la excede. El problema de fondo es la falta de representatividad del claustro de profesores, un claustro donde no pueden votar todos los docentes –dijo a este diario Gerardo Aira, apoderado de la lista de minoría de graduados–. Los profesores (que están en el consejo directivo) fueron funcionales al modelo de negocios en la universidad que se construyó bajo el shuberoffismo. Y el decano no les firma sus negocios.”