UNIVERSIDAD
Entre la remoción o la renuncia del decano, Ingeniería sigue paralizada
Una comisión intenta evitar que se produzca la primera expulsión de un decano en la UBA.La huelga no docente cumple tres semanas.
› Por Javier Lorca
La mugre se amontona en los pasillos y las aulas de la Facultad de Ingeniería de la UBA. Los teléfonos suenan sin que nadie los atienda. Nadie completa formularios ni firma notas. En medio de un paro de trabajadores que ya lleva tres semanas, el único trámite que avanza es el de la remoción del decano, Bruno Cernuschi Frías. Anoche, mientras se rumoreaba que el funcionario podría dimitir, el consejo directivo rechazaba el descargo presentado por el decano ante diversas acusaciones y convocaba a una sesión especial para destituirlo. Si esto se concreta, sería la primera vez en los 183 años de la UBA que un decano es expulsado. Para intentar que no se produzca ese triste debut, el rectorado de la universidad propuso informalmente una comisión mediadora integrada por tres decanos. Quienes, también anoche, negociaban con Cernuschi los términos en que podría presentar su renuncia.
Esta semana, al paro de los no docentes se le sumó una toma simbólica de la facultad, realizada por el centro de estudiantes. En apoyo a Cernuschi Frías, el centro reclamó una nueva composición del cogobierno universitario, “nuevas elecciones para consejeros docentes y que voten los 1400 docentes y no sólo los 200 que lo hacen ahora”, según dijo Paulo González, de La Corriente (CEPA), agrupación que tiene la mayoría del claustro. Aunque también a nivel estudiantil se expresó la ruptura que vive Ingeniería. La agrupación que cuenta con la minoría, El Gradiente, opositora al decano, aclaró que la toma sólo consistía en un cartel colgado en la entrada del edificio y que las clases se estaban dictando normalmente. No obstante, la mayoría de los 10 mil alumnos de Ingeniería parece al margen del conflicto entre las autoridades.
Conflicto cuyo in crescendo llevó a que el rectorado designara una comisión para intentar mediar entre el decano y los consejeros directivos que quieren desplazarlo. Integrada por los decanos de Derecho, Atilio Alterini, de Veterinarias, Rubén Hallú, y de Filosofía y Letras, Félix Schuster, la comisión se reunió con las partes. “Les explicamos que queremos el menor daño posible para la institución, pero la voluntad de separar al decano está firme”, señaló el consejero graduado Miguel Reiser.
En la reunión con Cernuschi, la comisión mediadora le transmitió que una salida alternativa podría ser su renuncia. En ese caso, se le dijo, podría llevar sus equipos de investigación a otra facultad de la UBA y seguir trabajando allí. Incluso, podría permitirse el traslado de las personas que integran el entorno del decano. Pero esa vía de escape encontró una traba: “Unos treinta docentes le dijeron que si él renunciaba era un traidor, que no los podía dejar después de que lo habían apoyado”, confió una fuente. Otros docentes le sugirieron que resignara el decanato, pero conservara una banca en el consejo de la facultad. A través de la comisión mediadora, los opositores le hicieron saber que no aceptarían su permanencia en Ingeniería. En ese contexto, el decano precisaría más tiempo para resolver qué hacer.
Tiempo que no planean cederle sus opositores. Es que, pese a la trabada mediación, ayer continuó el proceso de destitución. Como ya se informó, las acusaciones presentadas por los consejeros directivos profesores (mayoría y minoría), graduados (mayoría) y alumnos (minoría) caracterizaban a Cernuschi como “autoritario, antidemocrático e ineficiente para el cargo”. Insistían en que el decano no acata las decisiones del consejo directivo y, centralmente, repetían los cargos formulados en septiembre pasado, cuando la falta de un voto impidió sumar los once necesarios para aprobar la remoción. En su descargo, Cernuschi señaló que el asunto era cosa juzgada, por lo ocurrido en 2003. Y que existiría prejuzgamiento, ya que las mismas personas que lo acusan serán las encargadas de juzgar y votar. El consejo directivo ayer trató el descargo. Se entendió que no era cosa juzgada porque se trata de un proceso administrativo, no jurídico. Al cierre de esta edición se discutía cuándo hacer la sesión especial para votar la destitución. Podría ser hoy mismo.
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