UNIVERSIDAD
Tras la crisis y las renuncias en masa, la UNQ define nuevas reglas
En asamblea, la Universidad de Quilmes debate una reforma estatutaria. Un punto discutido es el alcance de la gratuidad.
› Por Javier Lorca
La Universidad Nacional de Quilmes está debatiendo un nuevo estatuto para regir su funcionamiento y evitar otro colapso como el que terminó con la renuncia de todas sus autoridades el año pasado. Si bien la decisión la tomará una asamblea universitaria –donde estarán representados los profesores, los estudiantes y los no docentes–, parece haber consenso en una serie de medidas que ampliarán la democracia en la institución, limitarán las atribuciones del rector y extenderán los mecanismos de control. Entre los puntos centrales por definir se cuentan los alcances de la gratuidad, la conformación del claustro docente y la institucionalización de la Universidad Virtual, cuya administración, hasta ahora, es ejercida por una empresa ajena a la UNQ.
“Había conciencia de que el estatuto actual era deficitario, confuso, con carencias y muchos puntos poco definidos. Se planteó la necesidad de uno más desarrollado, más meditado y representantivo”, señaló el rector Mario Ermácora, elegido para conducir una gestión de transición hasta el fin de este 2004. Lo que se pretende con la reforma es acordar “una nueva norma para tomar recaudos de ingeniería institucional que eviten llegar a una situación como la del año pasado, habilitar una discusión política más abierta e integrar a todos los sectores”, apuntó el profesor Jorge Flores. Para el consejero superior, aquella “grave crisis tuvo que ver con la ausencia de normas y con un estilo de gestión y liderazgo legitimado no en las mejores prácticas políticas, sino en prácticas caciquistas”.
El conflicto que está terminando de superar la UNQ estalló en medio del proceso electoral porteño que enfrentaba a Aníbal Ibarra y Mauricio Macri. En ese momento crítico, uno de los vicerrectores de la UNQ, Mariano Narodowski, denunció que el entonces rector, Julio Villar, lo había discriminado por razones ideológicas al pedirle la renuncia por trabajar en la campaña del candidato opositor. Los otros cuatro vicerrectores también se enfrentaron con Villar y, así, se desató una disputa por el poder en la universidad que reúne a más cinco mil alumnos. Disputa que sólo se zanjó cuando, sucesivamente, renunciaron los cinco vicerrectores y, después de catorce años de mandato, el propio rector. A partir de ahí se abrió un proceso de reforma institucional que incluía el compromiso de las nuevas autoridades de modificar el controvertido estatuto.
La asamblea universitaria que lo reformará comenzará a sesionar el martes que viene, conformada por el rector, el vicerrector, los directores de departamento y los representantes de profesores, de no docentes, de estudiantes de grado y de posgrado. Las propuestas presentadas para debatir en la asamblea son tres, al menos lo eran hasta ayer: una del rector, otra del vice, Roque Dabat, y otra de la agrupación docente 9 de Septiembre.
“Son propuestas de reforma integrales bastante compatibles entre sí”, comentó el secretario académico de la UNQ, Martín Becerra. “En todas se propone la incorporación de los graduados al gobierno de la universidad. También todas proponen la salida de los representantes del ejecutivo de los consejos.” Es que, hasta ahora, el estatuto permite que, por ejemplo, un vicerrector, que es elegido por el Consejo Superior, integre el propio Consejo Superior: “Es una aberración, como si la Cámara de Diputados pudiera elegir nuevos diputados”, apuntó Becerra.
Entre las cuestiones que tendrán que consensuarse figuran la estructura departamental de la UNQ, la constitución del claustro docente y un punto sensible como el alcance de la gratuidad. La propuesta de Dabat es que la gratuidad sea total, mientras que la agrupación docente la limita a los estudios presenciales. Esto permitiría que la Universidad Virtual (en realidad, el programa de educación a distancia de la casa) siga siendo arancelado. “Tenemos que definir qué entidad va a tener la UNQ Virtual. Hasta ahora, dependía del rector –agregó el secretario académico–. Antes del final de la gestión de transición, esperamos recuperar el control de la UNQ Virtual.”