Vie 25.06.2004

UNIVERSIDAD

Resistiré, erguida frente a todo, entona la Facultad de Ingeniería

Ante la decisión de la UBA, el gobierno de Ingeniería anunció que sostendrá al decano actual e irá a la Justicia. Debate estudiantil.

› Por Javier Lorca

El gobierno de la Facultad de Ingeniería resistirá la decisión de la UBA de destituir a su actual decano, Carlos Rosito, así como la restitución en el cargo de Bruno Cernuschi Frías. “Sólo una sentencia judicial podrá remover al actual decano”, informaron ayer las autoridades de la casa de estudios, a la vez que reafirmaron “la legitimidad de sus acciones”. Como se preveía, el conflicto continuará ahora por vía judicial. Al margen, la decisión tomada el miércoles por el Consejo Superior generó también un reacomodamiento de fuerzas en el gobierno de la universidad y, simultáneamente, una disputa entre las agrupaciones estudiantiles de izquierda y las de centroizquierda.
u Cómo sigue. A pesar de que formalmente cuenta con dos decanos (uno reconocido por la facultad y otro por la universidad), en Ingeniería la actividad fue normal ayer. Por ahora sigue abierto un compás de espera, ya que Cernuschi está de licencia, en Francia. “Está muy contento y en permanente contacto, dispuesto a volver en cuanto sea necesario –dijo Armando Pérez, colaborador del decano que fue repuesto anteayer después de haber sido destituido en marzo por el consejo de la facultad–. La idea no es alimentar el conflicto. Lo prudente es esperar a que la universidad resuelva esta situación.”
Por lo pronto, la oficina de Personal de la UBA le solicitó ayer a Ingeniería que bloquee el sueldo de Rosito como decano. Pero a la facultad todavía no llegó la notificación oficial de la resolución votada por el Superior. Un funcionario de Ingeniería dijo a este diario que se harán dos presentaciones ante la Justicia. “Por un lado, los consejeros directivos van a solicitar una medida cautelar porque sus derechos fueron vulnerados. Integran un órgano colegiado con competencias determinadas, elegido por voto directo, y el Consejo Superior tomó una decisión que no le es propia, como separar al decano actual –dijo–. Y, por otro lado, Rosito va a ir a la Justicia, porque se le pretende sacar el cargo de decano en forma ilegal. Según la Ley de Procedimientos Administrativos, eso sólo puede decidirlo un juez.”
u Escenario político. El conflicto de Ingeniería tensó las relaciones entre las autoridades de la UBA y las obligó a posicionarse en el Consejo Superior. En su defensa de “la institucionalidad”, el rectorado logró reunir a muy diversos sectores: conservadores, independientes, progresistas y también a la izquierda estudiantil. Así obtuvo la mayoría del Consejo (16 votos), aunque difícilmente vuelva a discutirse una cuestión con puntos comunes para ese amplio espectro. “Estamos safisfechos de que haya primado la racionalidad. Ahora podemos empezar a ver cómo solucionar el conflicto”, comentó un funcionario de la universidad. Uno de los datos negativos para el rectorado es que parece haber perdido el apoyo de la Facultad de Medicina, hasta ahora fiel a Guillermo Jaim Etcheverry, ex decano de esa casa.
Enfrente se ubicó un bloque integrado mayormente por consejeros más o menos vinculados con el radicalismo universitario, apoyados por algunos peronistas y ex frepasistas. La cuestión de Ingeniería exhibió que este bloque es el único firme (tuvo once sufragios), pese a que en esta ocasión no contó con el voto de Psicología, habitual integrante. En contraste, recuperó a Medicina. Habrá que ver si el cambio de esas dos facultades se ratifica como tendencia o si fue algo aislado.
u Disputa estudiantil. “Al fin ganamos una”, celebraba, después de la votación del miércoles, un consejero del frente estudiantil que integran el MST, el PO, la CEPA y otras agrupaciones acostumbradas a ser minoría en el gobierno de la UBA. El apoyo de la izquierda a la restitución de Cernuschi le valió las críticas de la centroizquierda: “La derecha elitista con el aval cómplice de la ultraizquierda estudiantil logró dar un primer paso hacia la intervención de la facultad, ya que con la destitución de Rosito se pretende generar el caos en Ingeniería”, señaló el consejero de esa facultad, Carlos Vázquez (El Gradiente). Le respondió Pablo Volkind (CEPA), consejero superior: “La destitución había sido fraudulenta, impulsada por un sector que quiere poner la facultad al servicio de las empresas. Para nosotros, restituir al decano era frenar a ese sector reaccionario. No estamos de acuerdo con una intervención. Ahora, con los docentes y no docentes vamos a avanzar en un proyecto para democratizar la facultad”.

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