UNIVERSIDAD
Las reformas curriculares que se vienen en Ciencias Sociales
Trabajo social y Comunicación preparan cambios en sus planes de estudios. Sociología debe reformular gran parte de sus materias.
› Por Javier Lorca
Acortar o alargar planes de estudios; incorporar temas y eliminar contenidos superpuestos; articular las clases teóricas y las prácticas. Desde adentro, la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) está iniciando procesos de reforma curricular en la mayoría de sus carreras. El debate está avanzado en Trabajo social: las autoridades esperan tener un proyecto estructurado para el año que viene. En Ciencias de la Comunicación tienen la misma aspiración y ya está organizada una primera jornada de discusión. Y Sociología se ve forzada por una nueva reglamentación de la universidad a reformular gran parte de su programa.
Hace casi dos años empezó a discutirse en Trabajo social una reforma integral del plan de estudios. El vigente data de 1987: “Fue discutido cuando estábamos saliendo de la dictadura y se estaba creando la Facultad de Ciencias Sociales. Ahora es necesaria una actualización, sobre todo para llenar vacíos y lograr una mejor articulación entre teoría y práctica”, explicó la directora María Isabel Bertolotto. La carrera convocó el año pasado a un grupo de especialistas para elaborar los lineamientos generales de la reforma y también se hizo un encuentro con otras carreras del país. El documento resultante se discutió con los profesores y, en talleres, con los alumnos. Y se llegó a un segundo documento, donde se proponen directrices teóricas para un nuevo plan que tendrá como marco la cuestión social, con énfasis en la docencia, la investigación y la extensión. “Acordamos avanzar en trayectos, articulados entre sí, de formación general, formación específica del trabajador social, y de práctica preprofesional. Para cubrir los vacíos estamos pensando en incorporar como materias obligatorias Historia, Economía y Elementos de demografía... También sabemos que tendremos que tener más cuidado en la definición de los contenidos mínimos de todas las materias, para evitar superposiciones de temas y bibliografías.” Si todo sale bien, en el 2005 podría estar sellada la propuesta de reforma.
“La discusión del plan de estudios de Comunicación es una vieja deuda”, admitió el secretario académico de la carrera, Diego de Charras. Para empezar a pagarla, la Junta de Comunicación abrió un proceso de debate que se prevé “largo y complejo”, para llegar también al año próximo con “un proyecto de reforma ampliamente consensuado”. El primer paso serán las jornadas académico-curriculares, a fines de septiembre. “A través de la presentación de ponencias, queremos hacer un mapeo de la situación académica, la producción e investigación que están haciendo docentes, graduados y estudiantes, porque mucho de lo que se hace no está plasmado en las currículas. Por otro lado, va a haber mesas de debate focalizadas en nudos problemáticos de la carrera.” La dirección aspira a concluir las jornadas con uno o más anteproyectos. El secretario académico resumió algunas de las cuestiones a reformar: “Comunicación es una carrera muy larga. Sería interesante acortarla sin sacrificar excelencia académica. También hay superposición de contenidos. Hay un área teórica y otra más ligada a la práctica, y no siempre se articulan. Otro tema de discusión es el perfil del graduado: la carrera tiene cinco orientaciones, dos muy dirigidas a lo profesional (Periodismo, Publicidad) y otras más en una línea de análisis, investigación, no tan ligadas a la práctica profesional clásica (Políticas y planificación, Educación, Comunitaria)”.
El caso de Sociología es más complejo. La carrera se ve presionada a adecuar su plan de estudios al régimen de materias optativas establecido por el Consejo Superior de la UBA. El reglamento distingue entre asignaturas electivas (un núcleo cerrado y estable entre las que pueden elegir los alumnos) y optativas (un núcleo abierto y variable). Las optativas deben renovarse –previa autorización– cada año y no pueden implicar renta para el profesor titular. “Está pensado para Filosofía y Letras, donde los profesores de materias obligatorias tienen un cuatrimestre libre en el que dan un seminario optativo –explicó Marcelo Langieri, secretario académico de Sociología–. Pero nosotros tenemos muchos profesores de enorme prestigio cuyo único vínculo con la facultad son las optativas.” En resumen, corren riesgo la estabilidad y la renta de esos docentes. “Esta resolución no respeta la especificidad de Sociología. La mitad de nuestra carrera son materias optativas, esa diversidad hace a la riqueza de nuestro perfil. No nos oponemos a discutir, pero no hay espacios participativos.” Bajo ciertas condiciones, la carrera piensa debatir internamente los criterios académicos para definir qué materias deberían ser electivas y optativas, a partir del fortalecimiento de las orientaciones (Economía, Salud, Laboral, Cultura, Diagnóstico social). Incluso se analiza crear una orientación nueva (Sociología política).