Desde hace más de cinco años el personal de la Comisión Nacional de Energía Atómica viene reclamando pacíficamente por aumento de salario, ingreso de personal (¡la edad promedio de la CNEA es de 54 años!), aumento del presupuesto operativo y por la carrera laboral. Luego de varios intentos de encauzar nuestros reclamos por la vía jerárquica, presentamos una carta firmada por casi 400 personas a las autoridades de CNEA, con copia al secretario de Energía, Daniel Cameron, y al ministro de Planificación, Julio De Vido. La respuesta de todos ellos fue el silencio, no nos escucharon, no nos contestaron. Insistimos con nuestros reclamos y se envió un petitorio firmado por mil trabajadores de CNEA no sólo a dichas autoridades, sino también al presidente Néstor Kirchner. Nuevamente como respuesta tuvimos el silencio, y con ello la indiferencia y el olvido. El 11 de mayo, cuando decidimos salir a la calle y reclamar por nuestros salarios tan deprimidos en la puerta del Ministerio de Economía, fuimos recibidos por el subsecretario de Coordinación y Control de Gestión, Roberto Baratta, pero nada más que eso, fuimos recibidos, pero ¿escuchados?..., no lo sabemos. Con sólo anunciar nuestra vuelta a Plaza de Mayo, conseguimos nuevas entrevistas, pero sin respuestas concretas... Sólo apareció como posible poner en marcha el nuevo escalafón. Es lamentable que a nuestras autoridades sólo les preocupe que la gente invada Plaza de Mayo. Es angustiante que obliguen a cualquier grupo de ciudadanos a cortar calles, a interrumpir el tránsito, para ser escuchados.
Los trabajadores de CNEA hace 13 años que no tenemos aumento salarial.
Ellos lo saben, saben que realizamos diversas tareas importantes para el bienestar de toda la población, pero sólo nos tienen en cuenta cuando molestamos en Plaza de Mayo o cuando perjudicamos a otros compatriotas con nuestras demandas, como se vieron obligados a hacer los trabajadores del Garrahan, o de Metrovías, o los alumnos de los colegios normales, etc. En la CNEA se realizan muchas actividades que hacen a la salud y seguridad de la sociedad, como la producción de radioisótopos de uso medicinal, la producción los combustibles para el reactor nuclear vendido a Australia, los controles periódicos a las centrales nucleares, hidroeléctricas y térmicas y de los obenques de los puentes colgantes como el de Zárate-Brazo Largo, entre otras cosas. Además debería tener un papel protagónico para dar solución a la crisis energética actual. ¿Será necesario tomar medidas de fuerza para que las autoridades se hagan eco de nuestros reclamos? La CNEA es una institución del país y para el país, y no sólo de sus trabajadores. Por favor, ¡no permitamos que la destruyan!
* Entre otros miembros de la Comisión Nacional de Energía Atómica, firman Mónica Landau, Elsa Hogert, Néstor Gaggioli, Horacio Mendonça, María Ruiz Gale, Alberto Regazzoni, Viviana Bruyere, Hebe Durán.