“Argentina necesita ingenieros. En estos momentos tenemos menos de lo que está demandando el mercado”, aseguró Daniel Filmus, ministro de Educación, ayer, al lanzar el Programa de Mejoramiento de la Enseñanza de la Ingeniería (Promei), que distribuirá 51 millones de pesos entre 27 universidades nacionales y dos institutos de las Fuerzas Armadas.
Con el Promei se buscará elevar la calidad de la enseñanza, mejorar la bibliografía y el equipamiento de las facultades, la investigación y la transferencia tecnológica, desarrollar ciclos generales básicos y ofrecer becas para alumnos avanzados, entre otras cosas. Así, se prevé aumentar el número de ingresantes en las facultades de Ingeniería y las tasas de egreso. Y, también, bajar los índices de duración de las carreras.
“Durante la década del ’90 la gente se volcó más a las ciencias sociales y fue dejando de lado las carreras de ingeniería porque no se veía una Argentina productiva como horizonte”, dijo Filmus. Los datos que maneja Educación indican que cada año se gradúan unos 3 mil ingenieros, mientras que la demanda sería superior y específica en determinadas áreas. Aunque no hay estudios exactos sobre los requerimientos del sector, según funcionarios del ministerio, las cámaras empresariales han expresado esta situación al requerir expertos en software, en ingeniería química y electromecánica para la industria textil, también se solicitan ingenieros en electrónica, o industriales, con un perfil apto para distintas ramas de la producción.
Otra faceta del Promei será la inversión, durante tres años, en los salarios de 931 docentes investigadores con dedicaciones exclusivas, 379 cargos simples y 708 tutores. Al finalizar el programa, los fondos quedarán incorporados al presupuesto universitario.