El Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) hará mañana un nuevo intento de reunirse, esta vez, para tratar temas académicos y de funcionamiento atrasados por la crisis política que la universidad sufre desde principios de abril. Como ocurrió en las anteriores tentativas de sesionar, la federación estudiantil (FUBA) anunció que se manifestará para impedir la reunión.

“Vamos a movilizarnos para denunciar la gran truchada de que Aníbal Franco esté al frente de la universidad –dijo ayer Juan Pablo Rodríguez, del frente de izquierda que conduce la FUBA–. No vamos a permitir que sesione un consejo presidido por alguien que no fue elegido legalmente.” La federación desconoce la designación de Franco como vicerrector e incluso presentó la semana pasada una denuncia judicial contra Franco por usurpación de cargo.

La elección de Franco se concretó el 31 de mayo, en una confusa y cerrada reunión del Consejo Superior, cuya legitimidad fue puesta en duda, también, por consejeros y decanos del espacio que agrupa a las facultades de Sociales, Filosofía, Arquitectura y Exactas. De hecho, no está definido aún si los miembros de este espacio de izquierda y centroizquierda participarán de la sesión convocada para mañana. Hoy continuarán las negociaciones entre el bloque mayoritario (radicales, peronistas y aliados) y los cuatro decanos. Uno de los puntos clave es que el consejo debería dar por aprobada el acta de la controvertida sesión, cuyas irregularidades e inconsistencias fueron señaladas por el espacio de minoría.

Los consejeros del bloque de mayoría están dispuestos a negociar y a enmendar el acta –aseguran–, siempre que eso no implique dar marcha atrás con la designación de Franco. Saben, además, que si el consejo sesiona con la oposición sentada en sus bancas, las nuevas autoridades habrán resultado legitimadas. Mientras, los cuatro decanos reiteran que no quieren entorpecer el funcionamiento de la UBA (para lo cual se precisa que sesione el consejo), pero tampoco quieren convalidar “cualquier cosa”. Por supuesto, aun cuando haya acuerdo político entre ellos, la sesión resultaría jaqueada por la protesta estudiantil. En el caso de que pudiera constituirse, el consejo tiene para tratar un extenso orden del día, con más de 450 expedientes, asuntos demorados desde marzo.