El vicerrector y los trece decanos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) llegaron ayer a una suerte de acuerdo tácito. Unos –el bloque que postula a Alberto Boveris como rector– postergaron su interés en designar secretarios para gestionar la institución. Otros –quienes apoyan a Alfredo Buzzi– dejaron en suspenso la autoconvocatoria de la asamblea para elegir al rector. A cambio, crearon dos comisiones para intentar consensuar la semana que viene, por un lado, cuándo y cómo organizar el sexto intento de reunir la asamblea universitaria; y, por otro lado, analizar en detalle la compleja situación presupuestaria de la universidad para, con fundamentos precisos, pedirle al Gobierno un incremento urgente. Justamente, la crisis presupuestaria de la educación superior ocupó ayer la agenda del consejo de rectores universitarios, quienes también pretenden fondos de refuerzo antes de fin de año (ver “Rectores piden...”).

Convocada por el vicerrector Aníbal Franco, la reunión de las autoridades de la UBA fue la primera después de la quinta asamblea frustrada por la protesta estudiantil (ver “Los planes...”). No faltó ningún decano. El encuentro empezó cerca de las 15, en la sede del rectorado, y duró casi tres horas.

“Tengo serias dificultades para gestionar la universidad con una sola secretaría (la de Hacienda), necesito gente que me acompañe para resolver todos los problemas que se han ido acumulando”, explicó Franco a Página/12. “Pero si es posible consensuar una fecha cercana para realizar la asamblea, todos creemos que lo ideal es que el rector electo proponga a sus secretarios”, agregó. Quedaba así relegada la pretensión de los sectores más duros del bloque que integran radicales, peronistas y otros aliados, quienes querían nombrar funcionarios en áreas clave. La propuesta era fuertemente resistida por la coalición opositora: la consideraban un intento de condicionar al futuro rector de la UBA, aun cuando voceros del vicerrector aseguraban que cualquier designación sería transitoria.

Para intentar consensuar la fecha del sexto llamado a la asamblea, seis decanos (tres de cada grupo) se reunirán el martes en una comisión. Aunque la idea dominante es que la asamblea sea cuanto antes, difícilmente se la convoque antes de la segunda mitad del mes. “La autoconvocatoria para el 16 de agosto era una alternativa en un clima de confrontación, con los graduados radicales y macristas queriendo poner secretarios. Ahora el escenario cambió y todos preferimos buscar una salida de consenso”, confió un consejero de la coalición que postula a Buzzi, decano de Medicina. Desde ese espacio que nuclea consejeros de centro, centroizquierda y peronistas, el decano de Arquitectura, Jaime Sorín, comentó: “Nuestra propuesta es tratar de acordar para la asamblea un temario que incluya las reivindicaciones de todos los sectores, docentes, graduados y alumnos. Vamos a seguir dialogando para generar ese consenso”.

La cuestión presupuestaria se llevó la mayor parte de la reunión de los decanos con el vicerrector. Finalmente, se decidió que otra comisión de seis decanos trate el tema el lunes y defina un planteo común. “Hay que ajustar los números y analizar cuidadosamente las necesidades de cada facultad –dijo Franco–. Además de los fondos necesarios para sueldos y servicios, tenemos urgencias edilicias y de mantenimiento. Una vez que tengamos el detalle, iremos al Ministerio de Educación, donde creemos que hay buena disposición a escucharnos.” Aunque hace algunas semanas se había comentado que la UBA precisaba unos 100 millones de pesos para cerrar el 2006 con normalidad, ahora se habla de una cifra “bastante menor”. Mientras, los problemas políticos y financieros de la universidad transcurrirán estos días por fuera de los canales institucionales, en comisiones informales, el próximo miércoles volverá a sesionar el Consejo Superior de la UBA. Pero sólo abordaría asuntos ordinarios.