Las autoridades de doce facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA) presentaron oficialmente ayer lo que ya se sabía desde hace varios días: una fórmula y una plataforma de consenso para intentar gobernar la institución. Con los peronistas Rubén Hallú y Jaime Sorín como candidatos a rector y vicerrector, el acuerdo alcanzado por los decanos supone organizar la asamblea universitaria antes de fin de año, en la última semana de este mes o en la primera de diciembre, posiblemente en el Congreso. Las novedades del anuncio fueron la ausencia de Psicología y los reparos puestos por Derecho, dos facultades con mayorías radicales. La noticia repetida estuvo a cargo de la FUBA: como ocurrió ante cada una de las cinco asambleas que logró frustrar este año, la federación estudiantil rechazó “cualquier elección de rector que se haga antes de democratizar la universidad” (ver aparte “Carrera con vallas”).

La conferencia de prensa de los decanos se hizo en la Facultad de Odontología, bajo custodia de un moderado operativo de seguridad. Participaron los titulares de la casa anfitriona, de Farmacia, Medicina, Agronomía, Filosofía y Letras, Sociales, Económicas, Veterinarias, Arquitectura, Ingeniería y Ciencias Exactas. Psicología envió a una consejera del claustro de profesores que, finalmente, no se sentó junto a los decanos. Derecho envió a su vicedecano, Tulio Ortiz, quien leyó un comunicado de apoyo al acuerdo siempre que las propuestas sean revisadas “democráticamente” por toda la comunidad académica. Quedó claro que el acuerdo entre los dos bloques que hasta ahora dividían a la UBA se logró a costa de una parte del grupo mayoritario de radicales, peronistas y aliados. De hecho, desde hace semanas, las dos facultades que ayer se diferenciaron fueron y son las más reacias a apoyar el acuerdo: algunos decanos ya interpretan que no deben contar con los votos de sus asambleístas.

El presentador fue Alberto Barbieri, de Económicas, uno de los principales operadores del “acuerdo institucional de gobernabilidad”, tal como lo definió. “Es una propuesta de nosotros hacia la comunidad universitaria y que, a partir de ahora, estará en consideración de la comunidad toda y en especial de los asambleístas”, aclaró, antes de formular las candidaturas. A Federico Schuster, de Sociales, le tocó anunciar el programa consensuado: “Si no se llega a una propuesta que trascienda las diferencias de opinión, nuestra universidad va a quedar estancada y en serio peligro institucional. En ese sentido hacemos este esfuerzo”. Entre las bases del acuerdo (ver aparte “Las líneas...”) mencionó “concretar el debate por la reforma del estatuto”, “revertir el proceso de deterioro presupuestario” (salarios, docentes ad honorem, mejoras en infraestructura), “darle fuerza a una política académica, de investigación y de extensión”, “defender el sistema de salud universitario”, gobernar con la participación de los consejos de las facultades y “trabajar en conjunto con las universidades nacionales en la reconstrucción del sistema universitario”.

Siguió el turno de los candidatos, quienes se ocuparon de recordar a la larga lista de sus antecesores que el conflicto devoró. “Sin una mayoría fuerte, abrumadora, va a ser muy difícil solucionar los problemas que padece nuestra universidad. Espero estar a la altura de las circunstancias y tener capacidad para, con el equipo que me acompañe, encaminar a la universidad. Lo voy a hacer solamente si soy acompañado por la mayoría de la universidad... seré el mascarón de proa de este proyecto”, ensayó Hallú su primer discurso. El decano de Veterinarias dijo confiar en que, con el cambio del escenario político, ahora mayoritariamente unido, podrá sesionar la asamblea de la UBA: “Espero que los integrantes de parte de la FUBA recapaciten, reconozcan el gobierno democrático y permitan a las mayorías expresarse”.

También difundió sus esperanzas Sorín, decano de Arquitectura: “Espero que los estudiantes entiendan que la universidad está por sobre los partidos políticos y las posiciones personales. Deben asumir su responsabilidad”. El candidato a vicerrector contó que infructuosamente invitó a los alumnos de izquierda a participar de las discusiones programáticas y recordó que la mayoría de los puntos reclamados por la FUBA fueron incorporados en la propuesta de los decanos. “Esperamos que la asamblea se pueda realizar antes de fin de año. No podemos llegar a 2007 sin las autoridades constituidas, salvo que alguien piense que la UBA debe cerrar.” Los candidatos coincidieron en que, desde ahora, el objetivo será organizar la asamblea. No dieron precisiones sobre cómo piensan garantizar la sesión ante la prevista manifestación estudiantil. Parte del acuerdo entre los decanos es que no se llamará a la policía. Por eso ayer el rumor insistía en que –con la aquiescencia del Gobierno– podría hacerse en el Congreso, que ya cuenta con seguridad organizada.