“Estoy bastante desencantada”, confiesa Paloma, pitando un cigarrillo en la puerta de la Universidad del Salvador. ¿Qué van a hacer los estudiantes este domingo, en el cuarto oscuro, a la hora de introducir la boleta en el sobre que terminará en la urna y definirá quién será el próximo jefe de Gobierno porteño? Página/12 recorrió algunas facultades porteñas y acá cuenta con qué se encontró: por sobre los votos para Mauricio Macri y para Daniel Filmus, los estudiantes muestran la indecisión y el enojo que les dejaron los resultados de la primera vuelta, también cierta decepción con los candidatos, que se expresan en la impugnación y el voto en blanco como las alternativas más elegidas.

En el edificio de Marcelo T. de Alvear de la politizada Facultad de Ciencias Sociales (UBA) se palpa el clima de las elecciones antes de entrar. Mientras una camioneta de Cliba se acerca a la puerta despegando los carteles con un compresor de agua, se alcanza a ver la figura de Jorge Altamira en un afiche que lo propone como candidato del PO para la pasada primera vuelta. Frente a la entrada, carteleras rojas de Izquierda Socialista y otras listas llaman a votar en blanco este domingo. Pero los alumnos que entran y salen no reparan en su presencia.

En el hall, el decisivo ballottage ocupa muy pocas de las inscripciones que cubren casi por completo las paredes. Pero en su ir y venir, los estudiantes van rumiando su elección. Lo que abunda es cierta indecisión. “Por mis principios, voy a anular el voto. A (Mauricio) Macri no lo voy a votar porque tiene una ideología que es completamente diferente de la mía. Y con (Daniel) Filmus no concuerdo con la Ley de Educación, y creo que en el ministerio no hizo mucho”, dice con convicción Guadalupe, estudiante de Trabajo Social. “No estoy en contra del kirchnerismo, pero ni su candidato ni su propuesta política me satisfacen. Seguramente voy a anular.”

Entre la mayoría de carteles de los partidos de izquierda que conducen el centro de estudiantes se cuela uno del Movimiento Universitario Evita, que denuncia: “En Sociales Macri se viste de Rojo y creó un frente electoral: se llama Oktubre”, referencia al llamado al voto en blanco, y al que Germán, estudiante de Sociología, parece adherir. “Voy a votar en blanco, porque Macri y Filmus más o menos plantean lo mismo. Hasta cierto punto el Gobierno es responsable de que haya ganado el macrismo porque dividió lo que sería el progresismo tirándole todos los dardos a (Jorge) Telerman”, dice, tomando distancia de las leyendas que cuelgan unas sobre otras.

Apenas a 200 metros, otro es el panorama en la Facultad de Ciencias Económicas. Salvo los volantes en las inmediaciones de la entrada principal, sobre la avenida Córdoba, adentro los carteles están en su respectiva cartelera. Y casi todos ofrecen pasantías, becas o perfeccionamiento académico. “Voy a elegir lo mismo que voté en la primera vuelta. Quiero un cambio y voy a votar a Macri, porque entre los tres turros y tránsfugas que había era el que tenía mayor visión empresaria. Y Filmus no me gusta ni siquiera como habla, me parece que no sabe hacerlo”, afirma Cecilia, enojada cuando habla del candidato oficialista. Al costado de uno de los pasillos de la facultad, semiescondidos en la entrada lateral de Uriburu, se pueden leer los únicos afiches con referencia a Kirchner: “CEO, los pingüinos de Económicas”, se presentan a lo lejos, mientras Sebastián explica qué va a votar: “A Filmus, porque no me cierra Macri por toda su historia. Por descarte, lo tengo que elegir a Filmus. El problema es que elijo el mal menor. Mi voto está basado en hacer fuerza para que no gane Macri”.

También a pocas cuadras, en el edificio que la Universidad del Salvador tiene en Córdoba y Callao, no se ve ninguna huella de la campaña electoral. Ahí Matías estudia periodismo, es la segunda vez que vota: “En primera vuelta elegí a (el candidato del Movimiento Por Buenos Aires, Claudio) Lozano y ahora voy a votar a Macri. En mi voto hay una mezcla porque creo que va a hacer una buena gestión para ser presidente, y también un voto opositor al Gobierno porque no me cae nada bien”, cuenta, y aclara que “si Elisa Carrió hubiera sido candidata y quedaba para el ballottage con Macri, la historia sería otra”. La afinidad política no parece ser el motivo del voto al presidente de Boca: “Lo voy a votar porque en su momento estuvo con (Ricardo) López Murphy. Porque su propuesta desde que fundó su partido me pareció bastante convincente”, afirma Nazareno, compañero de Matías.

Matando el tiempo, fumando un cigarrillo antes de volver a clase, Paloma parece sintetizar las últimas campañas de los dos candidatos. “No tengo idea qué voy a votar, no lo tengo decidido. La primera vez voté a Filmus, pero ahora estoy bastante desencantada. Basurear al otro para ganar una elección no me parece que sea la manera de promocionarse uno. Macri no me cae bien, sobre todo porque me parece muy raro que tenga tantas ganas de hacer algo bueno por la gente, como propone. Sus motivos internos creo que son contrarios a lo que dice.”