La UBA tendría que reunir en julio a los 236 asambleístas para abrir una modificación estatutaria. Pero la sesión aún no fue convocada. Las comisiones de proyectos se siguen reuniendo.
› Por Julián Bruschtein
La demorada y reclamada reforma del estatuto de la Universidad de Buenos Aires (UBA) debería ser este año uno de los temas calientes en la educación superior, después de las protestas estudiantiles realizadas durante gran parte de 2006 para que se concretara. Incluso, en los próximos días de julio tendría que hacerse la asamblea universitaria para comenzar a tratar modificaciones estatutarias, tal como se aprobó en diciembre, en la caótica asamblea reunida en el Congreso. Pero todavía no hay ninguna confirmación. Con funcionamiento irregular, desde mayo se están reuniendo cuatro comisiones integradas por estudiantes, docentes, graduados y decanos para debatir e intentar consensuar proyectos de reforma. Según las fuentes consultadas, la idea dominante es que ahora no se producirá un cambio general del estatuto, sino solamente de algunos artículos, para actualizarlo, mientras se prevé hacer otras asambleas en los próximos meses para avanzar en los cambios.
Como era de esperar, la comisión que tuvo más movimiento fue la que trata los artículos que regulan el gobierno de la universidad. De ésta participa el decano de Filosofía y Letras, Hugo Trinchero, que admitió que no hubo problema para conseguir el quórum necesario para sesionar, aunque “siempre fue por un escaso margen... Al principio hubo bastante debate. Pero pasado un tiempo comenzaron a dejar de venir los sectores que más reclamaron la reforma”, dijo, en referencia a los representantes estudiantiles de la FUBA. “Sí estamos participando de las comisiones, pero con muy pocas expectativas, porque no hay debate –dijo Martín Bustamante, dirigente de la federación–. La reforma no va a venir de parte de las autoridades, sino como producto de la movilización y la lucha de los estudiantes y los docentes.”
La discusión principal estuvo centrada en la representación de cada claustro en el cogobierno. Mientras la mayoría estudiantil (frente amplio de agrupaciones de centroizquierda, socialistas, Franja y otras) propone igualdad, es decir cinco consejeros para cada sector, la coalición de izquierda que conduce la FUBA pide mayor representación estudiantil.
Otra de las polémicas giró en torno del derecho al voto de los profesores, hoy limitado a los regulares, designados por concurso, mientras los profesores interinos, muy numerosos en las facultades más grandes, no pueden elegir ni ser elegidos. “Si bien no se puede dejar votar a los interinos, sí podemos evaluar la inclusión de una cláusula transitoria en la que se tenga en cuenta la antigüedad y la participación académica de los interinos. Si cumplen con una serie de requisitos, podrían estar habilitados para votar”, afirmó Walter Palacios (MNR), consejero estudiantil por la mayoría.
Otra comisión que pudo reunirse con cierta regularidad fue la que trata las cuestiones relacionadas con los profesores, la carrera docente, los auxiliares, los investigadores y la jubilación. “Se estuvo trabajando bien –dijo Jaime Sorín, vicerrector y decano de Arquitectura, que presidió la comisión–. Logramos tratar cerca del 70 por ciento de los artículos que nos corresponden. Trabajamos como una comisión abierta de la que participaron la AGD (docentes) y Apuba (no docentes).” Entre los temas que todavía falta debatir se encuentra la jubilación obligatoria de los docentes, ya que existen posturas diferentes.
Las otras dos comisiones que analizan las posibles reformas tuvieron dificultades para lograr la cantidad mínima de participantes para sesionar. Tanto que la que debía analizar cuestiones presupuestarias nunca llegó a obtener quórum, aunque los pocos consejeros que no faltaron avanzaron informalmente con algunas propuestas.
“El estatuto vigente tiene mucha coherencia interna, sólo le falta actualización. Todos los cambios que se le hagan vamos a tener que consensuarlos con las otras comisiones porque funciona como un cuerpo orgánico”, advirtió el decano Trinchero, con una observación compartida por diversos sectores, tanto docentes como estudiantiles.
Como se recordará, después de que cinco asambleas fueran suspendidas entre abril y diciembre pasados por la movilización estudiantil, en una crisis inédita en la historia de la UBA, la misma asamblea que logró elegir al rector pasó a cuarto intermedio hasta el 1º de julio de 2007, y a partir de ahí debería proseguir con su temario, es decir, la reforma del estatuto. Según fuentes del rectorado, la convocatoria a los 236 asambleístas se haría entre mediados y fines de julio. Y, si las comisiones emiten despachos sobre los temas trabajados y consensuados, existiría la posibilidad de que sean tratados y modificados en la asamblea. Pero, hasta el momento, son sólo especulaciones.
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