20 años en el espejo: Los reportajes de Página/12 que testimonian dos décadas de la cultura, la sociedad y la política argentinas
› Por Luciano Monteagudo y Adriana Schettini
Publicado el 17 de octubre de 1993
Leonardo Favio está instalado en un estudio de grabación de Boedo. La noticia de que su película Gatica, el Mono fue seleccionada como la precandidata argentina para el Oscar sin duda lo tiene contento, pero por ahora pareciera que toda su energía está puesta en un espectáculo que espera estrenar el 11 de noviembre en el teatro Astros. “Se va a llamar La vida es sueño”, dice feliz, sin molestarse en pedirle permiso a Calderón de la Barca. Tampoco tiene por qué hacerlo: “Ahí van a estar todas mis canciones clásicas –se enorgullece– y también todo mi cine”. Por primera vez, esas dos corrientes de su obra que alguna vez, en tiempos de El dependiente (1969), parecían antagónicas hasta la esquizofrenia, ahora finalmente se encontrarán sobre un mismo escenario, sobre una misma pantalla.
Por los parlantes del estudio se escucha una suerte de himno religioso. “Sí, claro, esto se canta en los templos evangélicos –explica Favio– pero todavía nos falta poner en la grabación el coro. Con esto vamos a cerrar el espectáculo.” Sobre la base rítmica, Favio se pone a tararear el estribillo: “Adonai, Adonai/Dios del universo/Señor de la creación/Oh/ Adonai/Has cambiado mi lamento en baile/Me cubriste todo de alegría/Por tanto a ti cantaré/Gloria mía, gloria mía/Y sólo a ti danzaré/Gloria mía, gloria mía.”
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux