Este cuento creció alrededor de un hecho pequeño y absolutamente verídico que ya no recuerdo. O mejor dicho, que no recuerdo con precisión y detalles; como tengo pésima memoria, tampoco sé cuánto hace que el hecho se disolvió en la trama del cuento. Recuerdo todavía algunas cosas: que fue en Lanús, que no lo presencié –solamente lo escuché a través de la persiana semicerrada de la casa de mi madre, que sí vio lo que pasaba– y que estaba relacionado con un hombre borracho que había defecado en la vereda de uno de los vecinos. En el cuento aparece Juancho, el guardiancito de la calle, que viene a poner los puntos y apura al pobre hombre, le exige respeto y lo hace limpiar su mugre. Yo francamente no recuerdo si esto pasó. Durante mucho tiempo lo conté como cierto, de eso sí me acuerdo, entonces debe ser cierto, pero si ahora mismo tengo que ser honesta no lo sé. Me di cuenta cuando, hace unas semanas, mi mamá me contó que el Juancho real, en quien está inspirado ese personaje prepotente, se había muerto. Hacía mucho que estaba enfermo. Y me amargué porque en el cuento lo puse como un mini despiadado de suburbio, y Juancho no era así. Capaz que bardeó al tipo que estaba borracho, no sé si lo hizo o no, si él estaba borracho también, o si yo sencillamente lo inventé así porque para armar un cuento en un barrio, y en un barrio que conociera, me hacía falta Juancho. A lo mejor se portó miserablemente esa tarde que apenas recuerdo, pero era un buen tipo y conmigo siempre fue un caballero. Perdón, Juancho. El carrito apareció por primera vez en la revista La Mano; les había prometido un cuento de terror un año después de que publicaran el primero que escribí. Ya se tradujo al italiano y al francés. A quienes lo leen les gusta mucho o les pasa completamente desapercibido. No lo odian: sencillamente no lo registran. Probablemente en lo profundo El carrito se trate del miedo a la pobreza en el primer cordón del conurbano, pero cuando lo escribí tenía en la cabeza, sobre todo, la novelita Thinner de Richard Bachman, a.k.a Stephen King.