EL ULTIMO TESTIGO,
de Alan J. Pakula.
Con Warren Beatty, Hume Cronyn y Paula Prentiss.
1974, 102 min. DVD. AVH.

Acaba de editarse en DVD The Parallax View, que en su momento se estrenó en la Argentina como Asesinos SA. Este extraordinario thriller –paranoico, político, conspirativo y existencial– es, ni más ni menos, una de las grandes películas norteamericanas de los ’70. A partir del asesinato de un candidato político (sospechosamente parecido al de Kennedy), un periodista (Warren Beatty) termina investigando la existencia de una extraña sociedad secreta especializada en magnicidios. Los alcances de ésta resultan imposibles de medir, pero está claro que llegan hasta las más altas esferas. Una de esas películas en las que de pronto todo se reúne –el misterioso tempo narrativo impuesto por Alan J. Pakula, una dirección de arte digna de una pesadilla y la asombrosa fotografía del gran Gordon Willis– para dar resultados excepcionales. Un must absoluto.



LOS DUELISTAS,
de Ridley Scott.
Con Harvey Keitel, Keith Carradine y Albert Finney.
1977, 100 min. DVD. AVH.

Basada en un relato breve de Joseph Conrad (a quien volvería a homenajear en Alien, bautizando Nostromo a la nave de la comandante Ripley), la ópera prima del luego banalizado Ridley Scott es una verdadera apoteosis de la compulsión. Durante el ascenso napoleónico y sintiéndose absurdamente ofendido, un implacable teniente de húsares (inmejorable Harvey Keitel) desafía a duelo a un par (Keith Carradine) a quien la autoridad ha ordenado detenerlo... como consecuencia de un duelo. De allí en más, acosará al otro a través de los años y las geografías, llevados por las campañas del Emperador, para vengar lo que considera un ultraje a su honor. Fotografiada con una exquisitez que hasta el Kubrick de Barry Lyndon habrá envidiado, Los duelistas lleva los códigos militares y masculinos hasta un absurdo de dimensiones casi kafkianas.



BARRIO CHINO 2,
de Jack Nicholson.
Con J. Nicholson, Harvey Keitel, Meg Tilly y Madeleine Stowe.
1990, 137 min. DVD. AVH.

Oportuna edición en DVD de esta Barrio Chino 2 (título original, The Two Jakes), teniendo en cuenta que jamás se estrenó en cines en la Argentina, y que la edición en VHS tenía sus buenos añitos. Para su tercera película como director, Jack Nicholson convocó a su amigo Robert Towne –notable guionista de Chinatown– para que le sirviera en bandeja una continuación de la obra maestra de Polanski. Así lo hizo, con una intriga intrincadísima –que transcurre diez años después de aquélla– y la suficiente finesse como para ligarla con la anterior. De tal modo, la secuela no sólo queda justificada sino que, además, permite que la película original funcione, para el detective Gittes, como un gigantesco fantasma culpable. No hay nada más propio del cine negro que eso. Un reparto magnífico y la extraordinaria paleta de color provista por el gran Vilmos Szigmond hacen el resto.



LA BALADA DEL DESIERTO,
de Sam Peckinpah.
Con Jason Robards, Stella Stevens y David Warner.
1970, 120 min. RNS.

La última incursión en el western de quien es seguramente su penúltimo gran exponente (el último es Clint Eastwood) resulta una película inusualmente descontraída, para los cánones de Sam Peckinpah. Centrada en el personaje de un solitario avejentado, el clásico tema peckinpahiano del ocaso del héroe frente al avance del progreso encuentra aquí, en el final, su conclusión más literal, y también la más risible. En decidido tono de comedia y hasta de farsa (con muchos puntos en común con El juez del patíbulo, otro gran post-western de la misma época, firmado por John Huston), Peckinpah narra aquí una suerte de picaresca alrededor del hallazgo, en pleno desierto, de una fuente de agua aparentemente imposible. Refracción por el absurdo del mito del self-made-man, La balada del desierto se despide del género, con el tono de una elegía jovial.