RETRATO DE UN TRAIDOR,
de P. y V. Taviani. Con M. Mastroianni y Lea Massari.
1973, 106 min. DVD. Colección “Joyas del Cine Italiano”. SBP.

Jamás se estrenó en Argentina esta primera gran película de los hermanos Taviani, bastante anterior a Padre Padrone. Siempre comprometidos con la historia de su país, Paolo & Vittorio se retrotraen aquí a la época inmediatamente posterior al Risorgimento, para narrar una historia próxima al Tema del traidor y del héroe, de Borges. Ambas cosas es el personaje de Mastroianni, hijo de la alta burguesía que, tras haber sido revolucionario, se siente tentado –como Italia toda– a volver hacia atrás. Evidente metáfora sobre otras ilusiones revolucionarias (la película es de comienzos de los ’70), los Taviani despliegan aquí toda su vena operística, respaldados por un arrebatado Ennio Morricone. Melodrama verdiano y el legado de Antonio Gramsci se fusionan, de modo imperecedero.



DIARIOS DE MOTOCICLETA,
de Walter Salles. Con Gael García Bernal y Rodrigo de la Serna.
2004, 128 min. Gativideo.

Producida por Robert Redford, he aquí la prehistoria del Che, bonitamente pasteurizada. Hasta el punto de que es más que peliagudo adivinar en el protagonista al futuro Guevara. Con dinero estadounidense y europeo, dirigida por el brasileño Walter Salles, protagonizada por el sex symbol mexicano Gael García Bernal y el argentino Rodrigo de la Serna y filmada a lo largo de toda Latinoamérica, los sueños de unidad continental son reemplazados aquí por un patio trasero primorosamente estampado. Tan prolija e irreprochable como Mar adentro (¿estaremos en presencia de un nuevo género internacional?), se sale de Diarios de motocicleta con una sensación de cómoda abulia. Gael parece porteño, pero tiene tanto del Che como Colin Farrell de Alejandro Magno.



LA ENVIDIA MATA,
de Barry Levinson. Con Ben Stiller, Jack Black y Christopher Walken.
2004, 99 min. LK-Tel.

¿Ben Stiller y Jack Black juntos? Era para restregarse las manos y resulta para frotarse los ojos. Dirigida por Barry Levinson (Rain Man, Buenos días, Vietnam), esta sátira presuntamente feroz dispara dardos contra la sed de riquezas del norteamericano medio. Pero son dardos demasiado gruesos, y con poco veneno. Compañeros de trabajo, un día se le ocurre a Black un invento para solucionar el problema de la caca de perro. Se trata de un vaporizador (va-popó-rizador, se llama) que permite volatilizarla. Stiller se le ríe en la cara, pero poco tiempo después el otro se hace recontramultimillonario con el invento. Black está muy divertido como ricachón grasa y Christopher Walken se hace un paseo con un personaje secundario, pero ni Levinson ni el guionista saben bien qué hacer con eso.



PALABRAS ENCADENADAS,
de Laura Mañá. Con Darío Grandinetti, Goya Toledo y Fernando Guillén.
2003, 89 min. SBP.

Directo a video sale esta película española protagonizada por Darío Grandinetti, inmediatamente después de Hable con ella. Basada en una obra de teatro, casi toda en un único decorado cerrado y reducida al juego de dos actores, Grandinetti habla, se mueve y gesticula como si estuviera al borde de la primera fila de plateas. El es un profesor universitario de filosofía perfectamente normal que un día descubre lo lindo que es matar, torturar y destripar al prójimo. Nada de eso se ve ya que, como el título lo indica, la cosa va aquí por el lado de las palabras, con Grandinetti martirizando (verbalmente) a su ex esposa, a la que tiene maniatada en un sótano. Con un personaje similar y para la misma época, el catalán Jaime Rosales hizo una gran película, llamada Las horas del día. No es ésta.