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Domingo, 28 de julio de 2002
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GANANCIAS E INGRESOS POPULARES

Cambiar las reglas

La crisis argentina reconoce su profundidad y extensi贸n en el
tiempo en un modelo de marcada desigualdad en la distribuci贸n
de la riqueza, sostiene Hourest.

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Mart铆n Hourest: 鈥淓s una decisi贸n nacional crecer a partir de los consumos populares鈥.
Por Mart铆n Hourest *
Contrariamente a los que se帽alan algunos funcionarios y analistas, ni la crisis nacional toc贸 fondo ni la econom铆a mundial va a darle respiro al proceso de quiebra del r茅gimen de valorizaci贸n financiera de capitales instalado desde 1976. De hecho, la sociedad argentina no saldr谩 de la decadencia y degradaci贸n en que se encuentra sin replantear las reglas b谩sicas de funcionamiento impuestas entonces. Esto significa que no existe salida creativa y expansiva de la crisis sin establecer al menos tres nuevas relaciones, a saber:
1. Entre ingresos populares y ganancias.
2. Entre las ganancias y el Estado.
3. Entre las ganancias de los distintos sectores internos o externos.
Para decirlo m谩s claramente, esa forma de organizar la sociedad dio como resultado un PBI per c谩pita un cuarto m谩s chico que el de 1975, redujo los ingresos medios de los trabajadores a la mitad, arroj贸 a todo el crecimiento poblacional registrado desde entonces debajo de la l铆nea de pobreza, disminuy贸 a la mitad la participaci贸n de la industria en el ingreso nacional y sumergi贸 a la mitad de la poblaci贸n activa en la desocupaci贸n y la subocupaci贸n.
Est谩 claro que esto implica establecer un nuevo r茅gimen de distribuci贸n del ingreso, un nuevo formato fiscal y monetario y desarrollar una nueva estrategia productiva, que implique una nueva inserci贸n internacional alternativa a esta que compra m谩s de lo que vende, fuga m谩s de lo que invierte y se endeuda m谩s de lo que paga. Estamos, entonces, ante el quiebre de un formato social de producci贸n de ganancias extraordinarias que orient贸 el funcionamiento del capitalismo local en estas d茅cadas y que puede sintetizarse en:
n Ganancias brutales y 鈥渇谩ciles鈥 de productividad que recayeron sobre el trabajo y no sobre el capital en el marco de un comportamiento inversor rent铆stico y depredador. Valga como ejemplo el caso del sector industrial donde la reducci贸n de las plantillas de trabajadores explican el 75 por ciento del incremento de la productividad del trabajo o en la evoluci贸n de la relaci贸n entre la productividad y el salario medio que se increment贸 m谩s del 35 por ciento desde 1993.
n Ganancias surgidas de las pol铆ticas tarifarias y la inexistencia de marcos regulatorios serios en las empresas privatizadas que triplicaban la tasa de beneficio del resto de la c煤pula empresaria.
n Ganancias surgidas de los cambios de manos (b谩sicamente extranjerizaci贸n) de empresas y de la concentraci贸n de sectores.
n Ganancias surgidas de la mercantilizaci贸n de relaciones y servicios sociales como la salud, la educaci贸n, la seguridad y la previsi贸n social.
n Por 煤ltimo, pero no menos importante, la valorizaci贸n financiera y la fuga sostenida de excedentes convertidos en moneda dura (cerca de 130.000 millones de d贸lares contra un producto de menos de 100.000 millones y una deuda total que supera los 200.000 millones) que resulta la expresi贸n m谩s clara y terminante de la insurrecci贸n de las ganancias frente a la sociedad como proyecto colectivo.
La salida que se prefigura reconoce como ganancias extraordinarias, indicador indispensable del desarrollo del capitalismo, ejes que preanuncian un proceso de inocultable bestializaci贸n social:
n Un retorno a las ventajas comparativas est谩ticas de la naturaleza (gas, petr贸leo, miner铆a, pesca, agricultura y ganader铆a).
n Una apuesta precaria y f煤til a la presencia de salarios en actividades insertas en el comercio internacional que ronde los 100 d贸lares mensuales. En el corto plazo dichos salarios no representan una ventaja competitiva fuerte toda vez que las exportaciones locales tienen una baja incorporaci贸n de mano de obra y en el largo plazo son otras muchas cosas m谩s que el precio de la fuerza de trabajo lo que determina la inserci贸n en corredores productivos din谩micos. * Una destrucci贸n masiva de capital en el aparato productivo y un proceso de desaparici贸n de empresas en el sector del comercio, los servicios y las finanzas que s贸lo se encuentra en sus comienzos.
A la estrategia de la desigualdad en crisis se pretende colocarle el respirador artificial de una salida guiada por la expansi贸n de las exportaciones, sin comprender que el objetivo del capitalismo en su desarrollo es la optimizaci贸n de las ganancias a partir de las cuales se expande a nuevos mercados y no al rev茅s. Precisamente porque el sentido de ese sistema social es la ganancia y no la producci贸n a la que recurre, inevitablemente, para extraer utilidades.
En este contexto nacional de quiebre de la estrategia de la desigualdad y de una situaci贸n internacional donde se verifica la crisis del r茅gimen de valorizaci贸n financiera la salida de la recesi贸n, el incremento del empleo, la convocatoria al ingenio humano y la nueva creaci贸n de riqueza s贸lo puede producirse a partir de una modificaci贸n radical de la relaci贸n entre los ingresos populares (directos o indirectos) y las ganancias, manteniendo adem谩s dentro de las fronteras la circulaci贸n del excedente. Es una decisi贸n nacional crecer a partir de los consumos populares, del trabajo y la tecnolog铆a y no de la naturaleza vendida en retazos. Es una determinaci贸n local si aspiramos a autogobernarnos, alejarnos de la impunidad del poder y construir una sociedad donde la desigualdad sea una opci贸n y no un destino.

* Economista del Instituto Estudios y Formaci贸n, Central de Trabajadores Argentinos.

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