El 鈥渃ampo鈥 no son s贸lo los cultivos de la Pampa H煤meda. Y, para los interesados en cuestiones agropecuarias, tampoco se limita a las tensiones arancelarias de las exportaciones de cereales y oleaginosas. Desde el desarrollo econ贸mico, por ejemplo, interesan las nuevas producciones, en particular las que suponen diversificaci贸n, aumento del valor agregado y de la mano de obra empleada. Es decir, actividades productivas que, a diferencia de la soja, suponen un importante efecto multiplicador en la econom铆a de las 谩reas geogr谩ficas en que se desarrollan. Es el caso de la uva de mesa destinada al consumo en fresco interno y externo, un producto por el que pueden obtenerse muy buenos valores en los mercados de exportaci贸n.
En un reciente estudio sectorial de la Direcci贸n de Mercados Agroalimentarios de la Secretar铆a de Agricultura, la economista Andrea Dansa rese帽a que las uvas de mesa tuvieron un boom exportador de contraestaci贸n en las 煤ltimas dos d茅cadas. Un grupo de pa铆ses del Hemisferio Sur, entre los que se cuentan Chile, Nueva Zelanda, Sud谩frica, Australia y Argentina son los que hoy compiten por el acceso a los mercados del Hemisferio Norte. El principal exportador sure帽o es Chile, pa铆s que adem谩s es el segundo exportador mundial de este producto. Sus destinos son Estados Unidos, que concentra el 57 por ciento de las exportaciones, Europa, con el 18 por ciento, pero tambi茅n Brasil, China, Hong Kong, Jap贸n, Corea del Sur y Arabia Saudita. El dato que importa mirando desde Argentina, donde la actividad es todav铆a incipiente, es la potencialidad de la demanda mundial para los productos frescos de calidad.
En los 煤ltimos 15 a帽os la vitivinicultura nacional experiment贸 un proceso de transformaci贸n en busca de comercializar productos de mayor calidad, proceso que descendi贸 en la cadena hasta la producci贸n primaria. La principal provincia productora de uvas es San Juan, que concentra el 95 por ciento del total. Salvo en 2006, cuando existi贸 una importante reducci贸n por problemas clim谩ticos, la producci贸n total de uvas muestra una tendencia creciente gracias a la expansi贸n que registra el 谩rea implantada. Sin embargo, del total de uvas producidas, s贸lo se destinan al consumo en fresco el 1,7 por ciento: el 96 por ciento se vinifica y con el 2,3 restante se hacen pasas. De este 1,7 por ciento, el 80 por ciento se exporta. En 2007 las ventas externas fueron de 58,4 millones de d贸lares, lo que signific贸 una ca铆da interanual del 18 por ciento. La especialista Dansa explica que las bajas temperaturas del invierno, que no se registraban desde hace 30 a帽os, generaron una menor producci贸n de uvas blancas sin semilla, las que en conjunto representan cerca del 40 por ciento de las exportaciones locales. Pero la situaci贸n de 2007 fue extraordinaria, pues el ciclo exportador presenta una constante tendencia creciente. El mercado m谩s importante es el europeo. Los principales destinos son B茅lgica, con un 33 por ciento del total; Pa铆ses Bajos con el 23, Rusia con el 18 y Brasil con el 9 por ciento. Al igual que con el resto de las frutas exportadas por Argentina, Rusia se muestra como un mercado demandante.
La conclusi贸n de los n煤meros es bastante inmediata. La producci贸n de uvas de mesa es una actividad de gran potencialidad, con gran efecto econ贸mico multiplicador, demandante de mano de obra, con una oferta en la que el pa铆s ya demostr贸 est谩ndares m谩s altos y con un mercado cuya demanda en relaci贸n a la producci贸n argentina actual aparece como inmensa. Adem谩s, el mercado interno no esta a煤n desarrollado.
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