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Domingo, 12 de diciembre de 2010
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Armando...

Por Roberto Navarro
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El Gobierno comenz贸 a trabajar en un acuerdo tripartito con empresarios y sindicalistas para reducir la inflaci贸n, fundamentalmente en alimentos. Dentro del empresariado hay un sector que se ha constituido en un actor predominante en la conformaci贸n de precios: las cadenas de hipermercados y supermercados, que comercializan el 58 por ciento de los alimentos y bebidas que se consumen en el pa铆s. De las 69 empresas relevadas por el Indec, 6 manejan el 85 por ciento de las ventas del sector y las primeras tres, el 70 por ciento. Estas compa帽铆as conforman lo que se llama un monopsonio. Funcionan como un oligopolio, pero en este caso, de compras. Cualquier empresa que quiera tener una fuerte presencia en el mercado debe caer inevitablemente en ellas. Por eso son formadoras de precios y est谩n siendo corresponsables del actual proceso de remarcaciones.

El sector est谩 liderado por la multinacional francesa Carrefour, que participa con el 29 por ciento del mercado. Adem谩s de locales propios explota las tiendas de descuento D铆a y absorbi贸 a la cadena Norte. Le sigue el grupo de origen chileno Cencosud, con el 21 por ciento de participaci贸n, que opera la cadena Jumbo y en 2005 pag贸 260 millones de d贸lares a la holandesa Ahold por la cadena Disco y su controlada Plaza Vea. El tercer puesto, con una participaci贸n del 20 por ciento, lo ocupa la cadena Coto, de capitales argentinos, seguido por la francesa Casino, con el 7 por ciento del mercado, y la cadena local La An贸nima, con otro 7 por ciento. Finalmente, la estadounidense Wal-Mart est谩 en sexto lugar, con un 5 por ciento del mercado.

鈥淓n el pacto social que se est谩 forjando es clave que el sector de la distribuci贸n tenga una participaci贸n activa y se comprometa seriamente con los acuerdos a los cuales se llega. Las razones son m煤ltiples. Es un sector altamente oligopolizado, lo que lo convierte en un formador de precios que le permite no solamente fuertes incrementos de los mismos, que afectan el 铆ndice de precios y los bolsillos de los consumidores, sino una presi贸n sobre los proveedores, especialmente pymes, que determina un aumento a煤n mayor de sus m谩rgenes de ganancias鈥, se帽al贸 a Cash el economista Roberto Dvoskin, de la Universidad San Andr茅s.

A partir del poder de mercado que tienen estas grandes empresas, presionan a los proveedores para mejorar sus condiciones de compra y mediante un proceso de fuerte remarcaci贸n de los productos obtienen m谩rgenes extraordinarios. Seg煤n un reciente estudio de la Facultad de Econom铆a de la UBA, el margen neto promedio sobre facturaci贸n de las cadenas de supermercados en Europa y Estados Unidos es del 1,5 por ciento. En Argentina, hasta hace cinco a帽os era del 3 por ciento. Ante el fuerte crecimiento de la demanda, ese margen ya alcanza el 3,8 por ciento. En los 煤ltimos doce meses el sector factur贸 62.853 millones de pesos.

Negociar con los fabricantes de alimentos tendr谩 escaso resultado si no se obtiene un fuerte compromiso de los supermercados de no incrementar sus m谩rgenes de ganancia. Una empresa l铆der del sector se帽al贸 a este suplemento que en el 煤ltimo a帽o subi贸 el precio de la lata de arvejas un 32 por ciento y que las tres grandes cadenas lo aumentaron un promedio del 91 por ciento. Las galletitas subieron 27 por ciento el precio de salida de f谩brica y los tres grandes la aumentaron 66 por ciento. Las mermeladas incrementaron su precio a los supermercados un 42 por ciento y las cadenas lo subieron un 169 por ciento. La mayor productora de hamburguesas del pa铆s se帽al贸 a este medio que las grandes cadenas remarcan un 90 por ciento su producto.

Una de las maneras que utilizan las grandes cadenas para presionar a sus proveedores es suspenderles las compras por un tiempo determinado, generalmente un mes. As铆 los fabricantes se encuentran con un stock que no pueden ubicar en otros comercios y, a la vez, pierden posici贸n en el mercado frente a sus competidores. Esta estrategia puede verificarse en las g贸ndolas. El Estudio de Faltantes de Mercader铆a en G贸ndolas (FMG) de GS1 Argentina registr贸 este a帽o un faltante total del 7,61 por ciento de los art铆culos buscados. Seg煤n la multinacional que analiza el sector, 鈥渆s significativo el faltante de alimentos en las g贸ndolas de los supermercados argentinos鈥. Con los fabricantes m谩s peque帽os los supermercados tienen estrategias menos sutiles: les compran, reciben la mercader铆a al precio pactado y luego emiten y les env铆an a sus proveedores una nota de d茅bito que reduce el precio de compra.

Un informe de la consultora Kantar World Panel indica que 鈥渆l 63 por ciento de la gente elige el lugar de compra por las promociones鈥. Las fuertes remarcaciones de precios que practican las principales cadenas usualmente quedan enmascaradas por las ofertas que lanzan esos mismos centros comerciales. La mayor铆a ofrece descuentos atractivos, del 20 al 30 por ciento, desde carteles que cuelgan en sus sucursales. Sin embargo, en reiteradas ocasiones los consumidores descubren al pasar por caja que el beneficio no los inclu铆a. En los mismos carteles, pero en letra min煤scula, estaban aclaradas las restricciones. Para la Uni贸n de Usuarios y Consumidores, esta conducta constituye una violaci贸n a la Ley de Lealtad Comercial y por eso present贸 una denuncia ante la Subsecretar铆a de Defensa del Consumidor (ver aparte).

Susana Andrada, presidenta del Centro de Educaci贸n al Consumidor (CEC), explic贸 que 鈥渟i comparamos producto por producto, vemos que es relativo eso de que el hipermercado nos provee todo m谩s barato. Las frutas y verduras fueron siempre m谩s baratas en las verduler铆as que en los supermercados, y lo mismo pasa con el pan o la carne. Los productos de limpieza tambi茅n son m谩s econ贸micos en los comercios donde se venden sueltos鈥. The Nielsen Company se帽al贸 a Cash que 鈥渉ist贸ricamente, la brecha de precios entre los supermercados y los almacenes se ubicaba entre 13 y 15 puntos de diferencia, aunque en los 煤ltimos a帽os se fue reduciendo y hoy se ubica apenas por debajo de los diez puntos鈥.

La concentraci贸n de la comercializaci贸n de art铆culos del hogar se dio en el pa铆s, fundamentalmente, a trav茅s de fusiones y adquisiciones. En la 煤ltima d茅cada estas grandes compa帽铆as comenzaron a pelarles el mercado de negocios de proximidad a los autoservicios mediante excepciones a los c贸digos urbanos concedidos por los municipios. As铆 pudieron ubicar negocios m谩s grandes que los autoservicios, por lo tanto mejor surtidos, en su territorio. La cadena que m谩s excepciones logr贸, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, fue Coto. As铆, con un constante aumento de la concentraci贸n en pocas manos se convirtieron en un actor principal en la conformaci贸n de precios

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