Argentina tuvo un desempe帽o notable en la reducci贸n de una de las manifestaciones m谩s importantes de la informalidad que corresponde al denominado empleo asalariado no registrado. El empleo por el cual no se realizan contribuciones a la seguridad social descendi贸 15 puntos porcentuales, de 49 a 34 por ciento, entre 2003-2012. En el mismo per铆odo, el empleo asalariado total tuvo una evoluci贸n alentadora, al aumentar su participaci贸n del empleo agregado aproximadamente en 3 puntos porcentuales. Estos 煤ltimos dos aspectos, sumados al hecho de que la incidencia de la informalidad laboral ha sido hist贸ricamente superior entre los trabajadores cuentapropistas, posibilita inferir que la informalidad en el total de los trabajadores ocupados descendi贸, incluso cuando no se hubiese modificado la tasa de incidencia del empleo informal entre los trabajadores independientes que todav铆a permanece en niveles muy elevados.
Sin embargo, las cifras 鈥減romedio鈥 se帽aladas para empleo asalariado no registrado esconden diferencias sustanciales por sector de actividad, tama帽o de empresa y calificaci贸n de los trabajadores, entre otros atributos de los empleados y de las unidades productivas donde 茅stos se desempe帽an.
Las variaciones m谩s relevantes de la tasa de incidencia del empleo asalariado no registrado se observan en las ramas servicios sociales y de salud, el comercio y la industria manufacturera. Asimismo, debido a la estructura del empleo asalariado, estas ramas, junto con el trabajo dom茅stico, explican tres cuartas partes de la reducci贸n total en el empleo asalariado no registrado. La inserci贸n laboral en puestos registrados de beneficiarios de planes de empleo, particularmente el Plan Jefes, explica la ca铆da del empleo no registrado en el sector servicios sociales y de salud, as铆 como la reducci贸n de su peso relativo en el empleo asalariado total. Por otra parte, en relaci贸n con el tama帽o de los establecimientos, la mayor reducci贸n de la tasa de empleo no registrado se observa en los establecimientos medianos y peque帽os.
A pesar de la ca铆da generalizada en el empleo asalariado no registrado, la heterogeneidad sectorial a煤n persiste, y los sectores de alta informalidad en 2012, con algunos cambios menores, contin煤an siendo los mismos sectores que prevalec铆an en 2003. Si bien la informalidad se observa en todos los sectores de actividad y en todo tipo de establecimiento, es posible identificar algunos donde se concentra el mayor n煤mero de trabajadores no registrados y donde, adem谩s, se registran elevadas tasas de incidencia.
Actualmente un 23 por ciento del total de trabajadores asalariados no registrados se desempe帽a en el trabajo dom茅stico, 36 por ciento en peque帽os establecimientos del sector privado y 24 por ciento en establecimientos medianos del sector privado. A nivel sectorial se destacan las ramas del comercio, la construcci贸n, la industria manufacturera, el transporte, almacenaje y comunicaciones y hoteles y restaurantes. Los peque帽os y medianos establecimientos de estas ramas, junto con el servicio dom茅stico, concentran casi el 70 por ciento del total de asalariados no registrados.
La experiencia de Argentina en los 煤ltimos a帽os deja en evidencia que reducciones importantes de la informalidad requieren de una estrategia integral. Esas estrategias deben incluir desde el contexto macroecon贸mico hasta acciones espec铆ficas, como fueron el Programa Nacional de Regularizaci贸n del Trabajo, la promoci贸n y apoyo a actividades econ贸micas que generan empleo decente y los programas de sostenimiento del empleo durante la crisis, que han permitido prevenir transiciones no s贸lo hacia el desempleo, sino principalmente a la informalidad.
Cualquier estrategia integral tambi茅n debe incluir acciones dirigidas a mejorar las condiciones de 鈥渢rabajo decente鈥 en aquellos segmentos todav铆a sumergidos en la informalidad y/o donde los trabajadores han contado, hist贸ricamente, con menores derechos, como han sido la Asignaci贸n Universal por Hijo, los programas de empleo y de mejora de la empleabilidad tanto de trabajadores desplazados por la crisis de 2001-2002 como de nuevos ingresantes al mercado de trabajo, que en su mayor铆a son j贸venes y mujeres, y la reforma de los reg铆menes de trabajo dom茅stico y agrario.
M谩s all谩 del indicador tradicionalmente utilizado para trabajadores asalariados en los aglomerados urbanos cubiertos por la EPH identificado como empleo no registrado, nuestro estudio realiz贸 una estimaci贸n de la informalidad para todos los trabajadores en el pa铆s, a partir del Censo de 2010 y otras fuentes. Esa estimaci贸n llega al 43,8 por ciento. Entre los asalariados (76 por ciento del total de los ocupados), la informalidad, medida como ausencia de registro de contribuciones a la seguridad social, rondar铆a el 38 por ciento, mientras que entre los trabajadores independientes (patrones y cuentapropistas) se ubicar铆a en el 58. En otras palabras, casi cuatro de cada diez trabajadores es informal.
Los 谩mbitos cr铆ticos en donde existe mayor informalidad corresponden al trabajo dom茅stico, al trabajo cuentapropista, al trabajo agrario (谩mbito rural) y al empleo asalariado en la construcci贸n y el comercio, magnificado en estos 煤ltimos dos casos, en t茅rminos de incidencia y de peso en el total del empleo no registrado, en los microestablecimientos. Asimismo, en sectores de actividad donde la incidencia del empleo informal es relativamente menor tambi茅n existen ciertos segmentos en los cuales el fen贸meno adquiere dimensiones relevantes, como es el caso de la industria de la indumentaria dentro del sector manufacturero.
El desaf铆o actual consiste, por lo tanto, en continuar la senda de formalizaci贸n. Todav铆a queda un largo camino por recorrer. Dos circunstancias particulares obligan a fortalecer y redise帽ar la estrategia. Las tasas de crecimiento de la econom铆a se han ralentizado y la informalidad ahora est谩 centrada en algunos n煤cleos de m谩s dif铆cil formalizaci贸n por sus caracter铆sticas econ贸micas y sociales.
No es sencillo. Persiste una estructura productiva y social heterog茅nea, la rotaci贸n laboral y la incidencia del cuentapropismo es alta y todav铆a hay segmentos de la poblaci贸n con d茅ficit educativos y de calificaciones. La formalizaci贸n del trabajo dom茅stico y de los trabajadores rurales requerir谩 de esfuerzos adicionales m谩s all谩 de las nuevas regulaciones laborales. Tambi茅n se requieren cambios culturales que involucran a toda la sociedad. Estos cambios tienen que ver con el grado de tolerancia colectiva respecto de la informalidad, la precariedad laboral y la desigualdad. Por otra parte, se observa una alta informalidad en las peque帽as unidades econ贸micas, ya sea porque son informales o porque corresponden a unidades econ贸micas identificadas como monotributistas que llegan a tener a uno o dos empleados sin registrar. El r茅gimen de monotributo requiere una reexaminaci贸n.
Al mismo tiempo, persiste fuertemente el empleo informal en empresas formales. La estimaci贸n de su incidencia es m谩s compleja porque requiere de relevamientos especiales para detectar el grado de formalizaci贸n que tiene la unidad econ贸mica en la que se desempe帽a el trabajador. Los relevamientos especiales realizados en el Gran Buenos Aires en 2005 y en el Gran Mendoza en 2009 mostraron que este tipo de informalidad represent贸 el 30 por ciento y el 37 por ciento respectivamente del total de trabajadores informales. Debido a los avances alcanzados en los 煤ltimos a帽os, seguramente las cifras actuales sean m谩s bajas, aunque todav铆a distantes de un nivel aceptable de tolerancia, lo que reafirma la necesidad de priorizar pol铆ticas en esta 谩rea con la concurrencia no s贸lo del Ministerio de Trabajo sino tambi茅n de los gobiernos provinciales y municipales, las organizaciones de empleadores y trabajadores y otros actores sociales.
Las estrategias futuras deben ampliar el desarrollo de programas sectoriales para reducir la informalidad laboral en 谩reas cr铆ticas como son los sectores de indumentaria, construcci贸n y comercio, particularmente en los microestablecimientos. En cuanto al sector de indumentaria, s贸lo el 22 por ciento del empleo total correspondi贸 a una relaci贸n de dependencia registrada en la seguridad social, mientras que el resto se compon铆a entre empleo asalariado informal (45,5 por ciento del total) y empleo independiente (32,5). Estos datos contrastan con los del resto de la industria manufacturera, donde el peso del empleo asalariado formal es m谩s de 30 puntos porcentuales mayor. Los v铆nculos laborales en esta industria se encuentran desdibujados, producto de que en la misma opera un elevado nivel de subcontrataci贸n.
Asimismo, en el sector de la construcci贸n, los trabajadores que se desempe帽an en peque帽os establecimientos, por lo general, no trabajan directamente en obras en construcci贸n, sino que realizan tareas que son fundamentalmente no registradas, como ser, la reparaci贸n, mejoras y ampliaciones en viviendas. Asimismo, existe un importante n煤mero de trabajadores que son contratados principalmente para realizar tareas de reparaci贸n en sus hogares. En 2012, del total de asalariados en la construcci贸n que se desempe帽aban en peque帽os establecimientos, un 78,5 por ciento realizaba sus tareas en el domicilio o local del cliente. Aqu铆 el v铆nculo laboral no es estable, las tareas se realizan hacia el interior de las viviendas, dificultando m谩s a煤n la registraci贸n y el control de los organismos competentes.
Por otra parte, tanto en el caso de los microestablecimientos del comercio y de la construcci贸n como en el caso de la industria de la indumentaria, de acuerdo con los m贸dulos especiales de informalidad anteriormente citados, el porcentaje de trabajadores que se desempe帽an en unidades productivas informales supera ampliamente al promedio general, alcanzando el 90 por ciento en el caso de los microestablecimientos de la construcci贸n. Esto impone mayores desaf铆os, dado que en estos casos, adem谩s de la formalizaci贸n del v铆nculo laboral, tambi茅n es preciso formalizar la actividad.
Por 煤ltimo, tambi茅n, hay una dimensi贸n territorial entre provincias y hacia el interior de las mismas que es importante considerar, dado que denota una de las dimensiones de la heterogeneidad de esta problem谩tica: diversas capacidades productivas y dis铆miles estructuras del empleo
* Oficina Internacional del Trabajo (OIT).
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