El pasado 9 de julio, alrededor de las 3 am, la abogada china Wang Yu, de 44 a帽os, acababa de regresar a su apartamento de Beijing tras dejar a su marido y a su hijo en el aeropuerto. Nom谩s llegar y ver c贸mo la electricidad se cortaba repentinamente, mientras 鈥揹el otro lado de la puerta鈥 o铆a el murmullo de personas que intentaban ingresar a su hogar. 鈥淎lguien est谩 tratando de forzar la entrada, pero todo est谩 a oscuras, no logro ver nada鈥, escribi贸 la mujer v铆a texto a cercanos. Cuando un amigo intent贸 comunicarse con Wang un rato m谩s tarde, no contestaba, su l铆nea estaba desconectada; cuando se acerc贸 a su domicilio, lo encontr贸 vac铆o. El cabo suelto lo at贸 un guardia de seguridad del complejo residencial, que cont贸 haber visto c贸mo la polic铆a se la llevaba. Con el discurrir de los d铆as, la escena se volvi贸 rutinaria: decenas y decenas de letrados pro derechos humanos, de disidentes pol铆ticos y de activistas sociales eran arrestados o interrogados a lo largo y ancho del pa铆s oriental por presunta 鈥渟ubversi贸n contra el Estado鈥. 驴Los 鈥渁ctos delictivos鈥 de Wang Yu? Vastos, y muy variados: desde haber asistido legalmente en 2013 a seis jovencitas de la isla Hainan, violadas por el rector de su escuela; hasta defender a miembros del grupo religioso Falun Gong, prohibido y violentamente perseguido desde fines de los 90 en China. O, por caso, representar a la activista feminista Li Tingting, encarcelada por planear una protesta contra el acoso sexual en el transporte p煤blico. O al intelectual uigur Ilham Tohti, condenado a perpetua por expresar opiniones supuestamente separatistas. Tambi茅n represent贸 a la defensora de los DD.HH. Cao Shunli, declarada presa de conciencia por Amnist铆a Internacional; y a militantes por la libertad de expresi贸n. Wang Yu, una verdadera truhana.
Cuesti贸n que, tras seis largos meses 鈥揺n los que la comunidad internacional solicit贸 en repetidas ocasiones su pronta liberaci贸n (o, m谩s no fuera, saber d贸nde era retenida)鈥, la mujer contin煤a tras las rejas. Con una petite diferencia: las autoridades han oficializado el arresto los pasados d铆as, dando aviso a su madre de la acusaci贸n formal a trav茅s de un comunicado de la polic铆a de Tianjin. S铆, subversi贸n contra el Estado, cargo por el que esta dama podr铆a verse privada de su libertad de por vida, de ser encontrada culpable durante el proceso judicial. As铆 lo inform贸 su abogada, Li Yuhan, que a煤n no se explica lo draconiano del caso. 鈥淓lla ha ofrecido sus servicios legales a la gente de las clases m谩s bajas de la sociedad. Nunca pens茅 que ser铆a acusada de subversi贸n. Simplemente no lo entiendo鈥, agreg贸 la defensora, a quien le rechazaran todas y cada una de las solicitudes que present贸 para reunirse con Wang los pasados meses 驴Las razones oficiales? 鈥淧ondr铆a en peligro la seguridad nacional鈥. Qu茅 va: al parecer, nada es m谩s peligroso que una dama que hace campa帽a contra el acoso sexual, o defiende a chicas violadas...
No tan curiosamente, Wang forma parte del bufete legal Fengrui, donde otros colegas han padecido s铆mil suerte. Bufete internacionalmente conocido por, por ejemplo, haberse encargado del caso del artista Ai Weiwei. 鈥淟a firma se ha vuelto el foco de los esfuerzos del gobierno por desacreditar a abogados especializados en derechos humanos, tild谩ndolos de subversivos inmorales que abusan de la ley para su r茅dito personal y para crear caos social鈥, destaca el New York Times. Y suma la voz de la indignada Maya Wang, de la organizaci贸n Human Right Watch en China: 鈥淟a intenci贸n es infundir miedo a la comunidad de letrados de DD.HH. para reducir significativamente su activismo. Las autoridades b谩sicamente est谩n etiquetando el movimiento pro DD.HH. como una forma de subversi贸n鈥. Lo cierto es que, desde que asumiera la presidencia, Xi Jinping 鈥搇铆der del Partido Comunista鈥 ha recrudecido su actitud frente a cualquier forma de disidencia.
Y sobre aquello, poco tiempo antes de su detenci贸n, se refiri贸 la misma Yu, declarando que 鈥渃omo ciudadanos, la gente deber铆a ser capaz de poder criticar al gobierno sin ser acusada de incitar revueltas鈥. 鈥淗oy en d铆a, las personas dicen que ser abogada se ha vuelto un trabajo de riesgo鈥, dijo entonces; y luego: 鈥淟a 煤nica manera de estar a salvo es dejar de hacer lo que estoy haciendo鈥. Claro que, en palabras de la valiente se帽ora, 鈥渘unca nadie est谩 verdaderamente a salvo bajo una dictadura鈥︹. Qu茅 va: sobrados son los ejemplos que evidencian la ola persecutoria, como puntualiz贸 el pasado septiembre el diario El Pa铆s: 鈥淟a defensora de los derechos humanos Cao Shunli muri贸 el a帽o pasado en prisi贸n (Nota de la redacci贸n: su familia realiz贸 repetidas peticiones para que se le proporcionara tratamiento m茅dico, y todas fueron denegadas). La periodista Gao Yu, de 71 a帽os, ha sido condenada a siete a帽os de c谩rcel por (el falso cargo de) pasar informaci贸n a extranjeros. Liu Xia, la esposa del premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, se halla bajo arresto domiciliario por reclamar la libertad de su marido鈥︹.
Por cierto, en la mentada nota del medio espa帽ol, se recalaba en cierta iron铆a: la hipocres铆a de Jinping al copresidir por aquel entonces una reuni贸n global de la ONU sobre igualdad de g茅nero 鈥渁l mismo tiempo que su gobierno llevaba a cabo una campa帽a sin precedentes contra activistas en favor de los derechos de la mujer鈥. Gesto que, por cierto, no pas贸 inadvertido por Amnist铆a Internacional, cuya directora de investigaci贸n en el este asi谩tico, Roseann Rife, subray贸 el doble discurso del mandatario, pronto a 鈥渟ubirse al escenario mundial para proclamar la importancia de los derechos de las mujeres mientras las autoridades chinas contin煤an metiendo en la c谩rcel a las mujeres que luchan por esos derechos鈥. Detenciones, hostigamientos, intimidaciones; todo parte de un paquete estatal que, solo a mediados del a帽o pasado, en lo que muchos han bautizado 鈥渓a semana negra鈥, arrest贸, interrog贸 o 鈥渧olvi贸 ilocalizables鈥 a m谩s de 200 abogados y activistas. Siendo Wang Yu, una de las primeras.
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