La mujer hab铆a sido violada en distintos prost铆bulos donde era explotada por redes de trata. Logr贸 escapar. Pidi贸 un aborto no punible que fue vociferado por el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri. La asociaci贸n Pro Familia present贸 un amparo ante la jueza Myriam C. Rustan de Estrada 鈥搎ue ahora enfrenta un jury de enjuiciamiento鈥 y logr贸 suspender la pr谩ctica. Despu茅s, la Corte Suprema de Justicia volvi贸 a darle a la mujer el derecho contemplado por el C贸digo Penal desde 1921. Pero no se trata de un caso sino de muchos.
No fue un error, un exceso, ni una excepci贸n. La estrategia de los sectores m谩s conservadores es utilizar a supuestos expertos/as en bio茅tica o a asociaciones pro vida o pro familia para obstaculizar los abortos legales, manipular a las v铆ctimas (a las que suelen atormentar con im谩genes falsas de fetos 鈥渓lorando鈥 o tentarlas con ofertas econ贸micas) y generar una falsa polarizaci贸n en la opini贸n p煤blica. No se trata de actos o personajes aislados, sino de una estrategia que funciona en la Argentina y en el mundo.
La periodista Marta Vasallo, en el libro En nombre de la vida, cuenta en su cap铆tulo sobre 鈥淟a ofensiva cat贸lica en Am茅rica latina鈥 que las principales organizaciones que act煤an en nuestro continente son el Opus Dei, Legionarios de Cristo, los Sodalites y Human Life Internacional, que es la fuente de los grupos pro vida. En C贸rdoba, el Portal de Bel茅n logr贸, en el 2002, que se prohibiera una marca de anticoncepci贸n de emergencia (Inmediat) y judicializaron distintos derechos sexuales y reproductivos.
La historia de esta m谩quina de poner obst谩culos empieza al mismo tiempo que las dictaduras. 鈥淒esde los 鈥70 comenz贸 en los Estados Unidos y luego se extendi贸 a todo el continente, un importante n煤mero de ong generadas a nivel nacional y transnacional para defender doctrinas religiosas. En el caso del catolicismo, un antecedente importante es Vida Humana Internacional, fundado a principios de los 鈥80 en reacci贸n a la despenalizaci贸n del aborto en Norteam茅rica, y despu茅s fue abriendo filiales en distintas regiones. Se estima que para mediados de los 鈥90 ya hab铆a dieciocho sedes en Latinoam茅rica鈥, explica Juan Marco Vaggione, investigador del Conicet y de la Universidad Nacional de C贸rdoba, que denomina la estrategia como la onginizaci贸n de lo religioso. 鈥淟a postura oficial de la Iglesia Cat贸lica sobre la sexualidad y la reproducci贸n es tambi茅n defendida por medio de ong, autodenominadas pro vida o pro familia, que encabezan el activismo contrario a los derechos sexuales y reproductivos. Este fen贸meno ha producido un desplazamiento en el activismo cat贸lico conservador, ya que es cada vez mayor la presencia y el protagonismo de organizaciones de la sociedad civil que utilizan una serie de estrategias para impedir la efectivizaci贸n de los derechos sexuales y reproductivos.鈥
Una de las ideas en boga 鈥揳 pesar de que las encuestas de opini贸n muestran que la mayor铆a est谩 a favor de la legalizaci贸n del aborto y, mucho m谩s, del cumplimiento de los abortos en casos de violaci贸n鈥 es que hay dos campanas. Los obispos o sacerdotes ya no representan en la televisi贸n una de esas dos visiones porque ser铆a vista como sectaria o minoritaria. En cambio, frente al crecimiento de las organizaciones que luchan por la defensa de los derechos de las mujeres o la diversidad, la existencia de otras organizaciones funciona como un ring ideol贸gico que medi谩ticamente cumple con la expectativa de las dos voces.
De hecho, estos sectores ya aparecieron durante el debate por el matrimonio igualitario y se expresaron en la calle con simbolog铆a naranja. Pero, despu茅s de esa derrota (para ellos) no piensan dejar que avance el debate sobre la legalizaci贸n del aborto e imponen obst谩culos jur铆dicos cada vez que pueden frente a un caso de aborto legal por tratarse de una violaci贸n, un embarazo inviable o si corre riesgo la salud o la vida de la mujer.
鈥淣o s贸lo los l铆deres religiosos defienden pol铆ticamente la vida desde la concepci贸n o la familia como un arreglo exclusivamente heterosexual, a ellos se agregan ciudadanos que articulan el activismo religioso desde la sociedad civil鈥, expresa Vaggione. Y cree que esta estrategia fue copiada frente al avance progresista. 鈥淎s铆 como los movimientos feministas y por la diversidad sexual encontraron en la sociedad civil una arena fundamental para articular y canalizar sus demandas, los sectores conservadores del catolicismo tambi茅n usan la sociedad civil en la organizaci贸n de sus pol铆ticas de resistencia a los derechos sexuales y reproductivos. De alg煤n modo, el activismo cat贸lico conservador se aleja de un modelo centrado en la jerarqu铆a cat贸lica y en la instituci贸n religiosa y va tomando la forma de un movimiento social conservador.鈥
La onginizaci贸n no es casual. Es una cortina de humo, pero bien apuntalada al imaginario social. 鈥淪i estos grupos dicen abiertamente que son de la/s iglesia/s, eso ya los posiciona desde una mirada dogm谩tica, que recorta su posibilidad de influencia y actuaci贸n. En cambio, el car谩cter de ong les permite hacer una interpelaci贸n desde otro lugar institucional, aparentemente m谩s neutral y supuestamente no dogm谩tico. Es parte de una estrategia pol铆tica que es acompa帽ada tambi茅n por un cambio discursivo. En general, se despegan de una argumentaci贸n religiosa, teol贸gica y de fe, para formular el debate desde supuestos asentados en la biolog铆a, la ciencia y los derechos humanos. S贸lo como un uso instrumental, pero para negarlos en la pr谩ctica y discursivamente. Funcionan como organizaciones pararreligiosas, ellos los financian y adoctrinan鈥, remarca Estela D铆az, secretaria de G茅nero CTA e integrante de la Campa帽a por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. 鈥淭ambi茅n act煤an con amenazas y presiones, por ejemplo haciendo lobby para que legisladores/as no voten leyes que garanticen derechos a las mujeres, atormentando a las mujeres y ni帽as que solicitan un aborto y a sus familias dici茅ndoles que cometen un asesinato, que ser谩n culpables y ofreci茅ndoles promesas de apoyos econ贸micos enga帽osos鈥, describe Mabel Bianco, de la Fundaci贸n Estudios e Investigaci贸n de la Mujer (FEIM).
Karina Felitti, investigadora del Conicet en el Instituto Interdisciplinario de Estudios de G茅nero (UBA), describe: 鈥淓n nuestro pa铆s existen varias organizaciones que se autodenominan 鈥榩ro vida鈥. En la pr谩ctica estas agrupaciones se concentran en impedir, por diversos medios, la legalizaci贸n del aborto y la efectiva implementaci贸n de la educaci贸n sexual y la salud sexual y reproductiva. En este sentido son 鈥榗ontra- derechos sexuales y reproductivos鈥, defendiendo la vida de alguien que no naci贸 y no la de todas las mujeres argentinas que quedan bajo los peligros de la clandestinidad y los intereses de un negocio muy lucrativo. Por eso no cabe regalarles la definici贸n de ser pro vida (ya tienen otro Pro de su lado)鈥.
Pero Felitti analiza que el problema no es el poder que tienen sino el que le otorgan: 鈥淣o es una misa el obst谩culo sino el rol pol铆tico que sigue teniendo la Iglesia Cat贸lica en nuestro pa铆s; es eso y no una marcha de los escarpines lo que no permite los cambios necesarios. Y en este sentido, no son las religiones y sus credos el problema sino el lugar que les dan los pol铆ticos cuando est谩n ejerciendo la funci贸n p煤blica. Se trata de legislar para toda la sociedad y no para un grupo. Por eso, m谩s que batallar contra estas agrupaciones, que por reglas democr谩ticas tienen el derecho a existir, es necesario dirigirse a quienes hay que dirigirse, los representantes pol铆ticos, sumar definitivamente a los varones a las campa帽as, invitar a las iglesias y creyentes que ya han mostrado su apertura y compromiso, reconociendo la diversidad que existe en este campo, y volver comprensible que la ilegalidad del aborto nos afecta a todxs鈥.
Otra forma de legitimar el discurso de la Iglesia es buscar portavoces sin sotana sino con t铆tulos a trav茅s de la categor铆a de expertos. Gabriela Irraz谩bal realiz贸 su investigaci贸n doctoral para el Conicet sobre bio茅tica y catolicismo. 鈥溌縌ui茅n habla en nombre de 鈥榣a Iglesia鈥?鈥, se pregunta. Y responde: 鈥淓l fallo de la jueza Myriam Rust谩n de Estrada impidiendo la realizaci贸n de un aborto no punible en la Ciudad de Buenos Aires, el del juez Claudio Berm煤dez de Santa Fe suspendiendo el protocolo de atenci贸n para la interrupci贸n de embarazos en l铆nea con el art铆culo 86 del C贸digo Penal y acciones similares en otras provincias de la Argentina ponen en evidencia la diversidad y heterogeneidad presentes dentro del catolicismo en nuestro pa铆s. No todos los cat贸licos se identifican con el ideario denominado pro vida y tampoco todos los que ejercen acciones para impedir el aborto no punible se identifican con esta ideolog铆a鈥.
Ella realiza un identikit de los medi谩ticos pro vida: 鈥淪on emocionales, desarrollan una estrategia comunicativa que incluye utilizar un lenguaje cient铆fico, muestran im谩genes religiosas y de procesos biol贸gicos (fetos, 煤teros, 贸vulos) que se vuelven sagradas. El 谩mbito desde donde proyectan sus acciones de intervenci贸n (manifestaciones, escraches, litigios judiciales) son las ong鈥. Pero hay otra raza de nuevos lobos fundamentalistas disfrazados de ovejas honoris causa. 鈥淟os expertos en bio茅tica, por su parte 鈥揹iferencia鈥, se desempe帽an de manera t茅cnica-racional y presentan un nivel de formaci贸n que llega a alcanzar el posdoctorado. Este alto nivel de formaci贸n les permite participar como asesores en debates parlamentarios e integrar comit茅s de bio茅tica en hospitales p煤blicos. Existe una concepci贸n generalizada que tiende a considerar a los expertos en bio茅tica y a los activistas pro vida como parte del mismo fen贸meno. Si bien tienen puntos en com煤n, unos son activistas y otros son cient铆ficos y religiosos a la vez, que movilizan su expertise de manera m谩s t茅cnica-racional, resultando m谩s eficaz, ya que sus opiniones quedan directamente plasmadas en los textos de los proyectos de ley.鈥
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