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Domingo, 30 de mayo de 2004
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Rese帽a

El acab贸se

AUSENCIA, SE NECESITA
Gabriela Musmeci

Longseller
Buenos Aires, 2004
78 p谩gs.

POR JORGE PINEDO

Convertirse en pasivo y dispuesto objeto sexual suele ser una de las fantas铆as vulgarmente atribuidas a la posici贸n (mal) llamada masculina, toda vez que se acuerde cierta coincidencia entre la misma y alguna proporci贸n anat贸mica. Una propuesta de semejante estirpe es la que lanza una consagrada escritora a un periodista algo cobarde en la inaugural nouvelle de Gabriela Musmeci (Luj谩n, 1960), Ausencia, se necesita. M谩s espec铆ficamente, el lance apunta a que el hombre le sirva a la mujer de 鈥渕odelo vivo鈥 sobre el cual bosquejar sucesivas tramas de cuentos er贸ticos. Exito m煤ltiple, de los protagonistas del relato, de las historias encerradas dentro del mismo al modo de mu帽ecas rusas, de la autora que se anima a avanzar situ谩ndose en una voz de relator, claro, masculino.
Mujeres que escriben como varones, varones que act煤an como hembras, machos con temores de ni帽as, jovencitas con afanes de vampiros, se entrecruzan de la ciudad h铆brida al campo impostado en un despliegue, sensual o canallesco, que no les teme a las palabras: 鈥溾斅縈e parece a m铆 o est谩 m谩s linda que ayer? 鈥擡s posible, la masturbaci贸n me sienta de maravillas 鈥搈e contest贸 con ligereza鈥 o 鈥溾揝os sensible, sos inteligente... me result谩s muy inspirador, sin ir m谩s lejos el orgasmo de esta ma帽ana ten铆a tu nombre鈥.
Pese a la atm贸sfera light que propone el t铆tulo, Ausencia... desenvuelve un relato vigoroso, ambientado en el mundillo de la escritura. La nouvelle de Musmeci toma su potencia m谩s de la constancia dram谩tica y la escritura que de la verosimilitud: lo mismo hubiese sido situar la acci贸n entre verduleros de una feria franca. Una acci贸n que no cesa, tampoco ahoga la alusi贸n intimista, el giro reflexivo que amaga sin tocar el r铆spido terreno de las explicaciones (鈥渓a mujer es, por definici贸n, el g茅nero humano que no tiene pr贸stata ni candidez鈥, o bien un var贸n es aquel fascinado por 鈥渓a tit谩nica competencia de mostrarse como el m谩s eficaz a la hora de satisfacer鈥), al borde de la fatalidad. Con esa acrobacia de la palabra, Musmeci borda peque帽as filigranas en las que plasma glorias y miserias de la condici贸n humana (鈥渆ra una fortuna ser lo suficientemente insignificante como para que mi peque帽a tragedia no alterara la secuencia solar: una ma帽ana, una tarde, una noche y, a pesar de m铆, otra ma帽ana鈥), coloc谩ndolas en un tiempo y en un espacio cotidiano, donde el lector queda incluido. Juego de las diversidades que ahuyenta los universos maniqueos, tan caros al prejuicio peque帽oburgu茅s como a una literatura complaciente, tematiza 鈥損or ejemplo鈥 la cobard铆a haciendo que la dualidad supere al juicio can贸nico: 鈥淪i yo le dijera a tu padre que es un cornudo vos podr铆as contarle que te extorsion茅; si se llega a enterar de que nos encontramos a medianoche en un galp贸n me agujerea la cabeza... voy a cumplir, princesa, no por caballero, voy a cumplir por cag贸n鈥.
Una vez superadas las dos primeras p谩ginas en las que Ausencia... se embraga, Musmeci toma envi贸n, sin detenerse. Llega, acaba, hasta con las 煤ltimas consecuencias.

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