Consultado acerca de qu茅 himno nacional poner en el momento en que se le otorgaba un doctorado Honoris Causa, el soci贸logo Zygmunt Bauman (Poznan, 1925) dej贸 de lado tanto el polaco de su tierra natal como el brit谩nico de su naci贸n adoptiva y opt贸 por el de la Comunidad Europea. Toda una definici贸n para quien se ha empe帽ado en trazar la distinci贸n entre origen, pertenencia e identidad. M谩s para alguien que debe acarrear un ramillete de rasgos identitarios: jud铆o nacido en una ciudad alemana que despu茅s fue polaca; que luch贸 en el Ej茅rcito Rojo, se hizo s煤bdito brit谩nico, soci贸logo matriculado aunque antrop贸logos sociales y fil贸sofos lo reivindiquen como del propio palo. Es precisamente el interrogante sobre la identidad el que desarrolla a lo largo de una extensa conversaci贸n sostenida con Benedetto Vecchi, director del peri贸dico italiano Il Manifesto. Di谩logo concretado por e-mail, conserva el tono descontracturado del estilo coloquial, matizado con la sesuda escritura de quien se detiene a reflexionar, trazar referencias hist贸ricas, consultar bibliograf铆a y revisar anteriores aseveraciones, incluso cambiar de opini贸n.
Pol茅mico desde mucho antes de que opusiera al posmodernismo cool de Gilles Lipovetsky su idea de la Modernidad L铆quida, Bauman postula la identidad 鈥渟贸lo como algo que hay que inventar en lugar de descubrir鈥, torsi贸n con la que se diferencia tanto del determinismo poscolonial como del relativismo cultural y su secuela, el multiculturalismo. Posici贸n que, desempe帽ada desde el coraz贸n intelectual de la vieja Europa, cuenta con facilidades y beneficios muy dis铆miles a los capaces de ocurrir en otras latitudes, como el extremo sur de otro continente, por caso. Salvando tales distancias, surgen un pu帽ado de caracterizaciones ecum茅nicas a la hora de resituar el problema: por lo pronto la nunca tan obvia mutaci贸n de la funci贸n de las masas, cuando nuestros ancestros y nosotros mismos fuimos 鈥渇ormados y entrenados, sobre todo, como productores鈥, en tanto las generaciones siguientes han sido iniciadas 鈥渃omo consumidores y luego todo lo dem谩s. Los atributos que se consideran ventajas de un productor (la adquisici贸n y retenci贸n de h谩bitos, lealtad a las costumbres establecidas, prontitud para demorar la gratificaci贸n, estabilidad de las necesidades) se convierten en los vicios m谩s impresionantes de un consumidor鈥.
Giro radical en la identificaci贸n del lugar de clase, ya deja de definirse por el lugar en la cadena del mercado para configurarse seg煤n cada ecuaci贸n ideol贸gica. Con lo cual los interrogantes acerca de qui茅n es qu茅 pasan de la fase 鈥渟贸lida鈥 moderna (con clases definidas, propietarios, proletarios y l煤mpenes), ya no a la 鈥渓铆quida鈥 que se instala seg煤n las depresiones del terreno, sino a la 鈥渕odernidad fluida鈥, incapaz de 鈥渃onservar la forma por mucho tiempo a menos que se la vierta en un contenedor ce帽ido鈥. No obstante, la propuesta de Bauman dista de tal contrici贸n al propugnar 鈥減oner bajo control democr谩tico popular鈥 las fuerzas globales desatadas, oblig谩ndoles as铆 鈥渁 respetar y observar los principios 茅ticos de cohabitaci贸n humana y justicia social鈥. Y agrega: 鈥淓s demasiado pronto para hacer conjeturas sobre las formas institucionales que dicha transformaci贸n producir谩: no se puede vaciar de antemano la historia鈥.
Paradoja tercermundista: eso que resulta apresurado en aquella metr贸poli puede ser actual en las ex colonias.
Fue el artista pl谩stico Jackson Pollok quien aseguraba que se pintan naturalezas muertas cuando no se sabe qu茅 pintar. Algo parecido sucede con la pregunta sobre la identidad: Sartre, L茅vi-Strauss, Zizek, Heller, Chomsky y tantos otros alguna vez saltaron dentro de ese aro. Sin embargo el tema adopta dimensiones renovadas cuando no s贸lo pregunta por la identidad aquel que ignora qui茅n es.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.