Abordar el lugar de la pulsión en psicoanálisis supone examinar la cuestión de la satisfacción en el "hablante ser". Demanda de pura y exigente satisfacción. Exigencia del cuerpo.
Sabemos que la satisfacción plena, originaria, de la pulsión nunca se alcanza, por estar mortificada por el lenguaje. Pero el sÃntoma le ofrece a la pulsión otra satisfacción, una satisfacción anómala, dice J. A. Miller, una satisfacción displacentera, en infracción con el principio del placer.
Precisamente, ya Freud en "Inhibición, sÃntoma y angustia" ponÃa el acento en algo más que el sÃntoma como queriendo decir algo, descifrable.
Freud advirtió claramente que el sÃntoma es fundamentalmente goce, un modo de satisfacción para el sujeto. Más precisamente, nos interesa el aspecto del sÃntoma que no cambia, resultando ser el partenaire del sujeto.
Orientarnos por lo real supone ir recortando un camino, acotando la posible producción.
* Miembro EOL Sección Rosario.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.