El tema es que les querÃa comentar que tengo un blog (http://www.yo—adolescen te.com.ar) que en realidad es un e-book llamado “Yo, adolescente. Memorias de mis 16â€, que relata la historia de un chico de esa edad. Hasta ahà todo normal. Lo que pasa es que la trama está basada en la (des)orientación sexual que le ocurre al protagonista en la mitad del libro y hasta el dÃa de hoy nunca me lo habÃa puesto a pensar, pero jamás de los jamases recibà un comentario negativo, agresivo o discriminador por el giro que tomó la historia desde el momento en que se da cuenta de que está enamorándose de su mejor amigo. La mayorÃa de los que leen están en el rango de estudiantes de secundaria (aunque hay también mucha gente grande, desde padres de esos mismos chicos hasta contemporáneos mÃos que siguen la historia desde que comenzó por fotolog allá por 2006, cuando a Cumbio recién le instalaban dial-up más o menos) y es muy loco que un proyecto independiente, que se mantiene gracias al boca en boca, haya llegado a los 10 mil fans en Facebook. Pero, más allá de esos números que no significan nada, quiero resaltar el hecho de que siempre hablamos de discriminación y gente cerrada, y capaz estarÃa bueno darle otro ángulo y mostrar que la generación que viene va a terminar tapando todas las opiniones sin fundamentos de los adultos de hoy. No sé, me agarró como una reflexión esperanzadora (casi hippie dirÃa). Más allá de que aparecer en el suplemento me servirÃa muchÃsimo como publicidad (como dije, es a puro pulmón todo), querÃa compartir esto que se me ocurrió hoy, no sé, me habÃa arrancado una sonrisa este pensamiento. Les mando un abrazo a cada uno de los que laburan ahÃ.
Saludos.
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